Hoy he tenido el privilegio de compartir impresiones con Elena Pintado, una profesional que trabaja las emociones desde el aula, y que merece la pena leer cómo lo hace:
Hoy he tenido el privilegio de compartir impresiones con Elena Pintado, una profesional que trabaja las emociones desde el aula, y que merece la pena leer cómo lo hace:
“Hoy he querido hacer un plan cultural con mis hijos, en el que había depositado todas mis expectativas de poder inculcarles algo de “amor” hacia el arte. Quería que disfrutasen de la experiencia tanto, que les quedasen ganas de repetir y de poder transmitirles el gusto por hacer planes diferentes donde el aprendizaje también tiene cabida.
Hace un día lluvioso, y hemos organizado una tarde en el parque infantil “de bolas”. Qué mejor oportunidad para hacer un despliegue, en donde además de que los niños lo pasarán “en grande”, los adultos tendremos la oportunidad de verles disfrutar mientras aprovechamos para tener una conversación agradable con unos amigos.
Hoy podía haber jugado más con mi hijo. Podía haberle escuchado más, haber sido más paciente con él, y haberle dedicado más sonrisas. Hoy, podía haberle abrazado más, podía haberle dicho todo lo que me importa, y lo grande que es.
Hoy he recibido el email de un padre que me preguntaba cómo afectan las situaciones bélicas, o incluso las catástrofes que suceden a nuestro alrededor, y que dejan tanta muerte y tanto daño, pues dice que su hija, le ha preguntado por los atentados sucedidos y no sabía la mejor forma de abordar el tema.
Hoy no sentía ganas de comer… y me mirabas. Me mirabas así, con esa mirada dura, y sin hablar, diciéndome: come todo. Así de duro, así de real. Y yo pensaba: sí, me lo comeré, pero sin ganas, sin disfrutarlo, por hacerte caso, no porque me apetezca.
Papá, cuando me sonríes, se me para el mundo, y me quedo sólo contigo. Es lo más bonito que veo cada mañana, cada tarde, y cada noche, tu sonrisa. Tu sonrisa que me dice que eres feliz junto a mí, que me quieres, y que pase lo que pase vas a estar aquí.
Hoy he tenido el placer de pasar un rato agradable con Carmen Sara Floriano, una mujer que aporta cada día su corazón para que el mundo emocional de los niños sea cada vez mejor.
Cuando supe que por fin te tenía conmigo, que iba a ser madre sólo pensaba: “quédate conmigo”. Yo no me voy a ir, voy a estar aquí, para ayudarte, para escucharte, para consolarte, para quererte, pero sobre todo, para lo que necesites. Así que no te vayas, aguanta conmigo.
Hola mamá, hoy no ha sido un buen día. No lo ha sido, porque esta mañana, al levantarte, te has dejado la magia en la cama. Sé que tenías mucha prisa, y que me quieres, pero hoy no lo parecía.