José Antonio Martínez, ASEAF: “No hay suficientes familias de acogida”


No todos los niños nacen en una familia que les pueda cuidar y que les sepa querer, anteponiendo sus necesidades físicas y emocionales a las suyas propias. En la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar lo saben bien.

Hola José Antonio, ¿nos podrías explicar qué es el acogimiento familiar?

El acogimiento familiar es una medida de protección temporal para los menores que por distintas causas tienen que vivir separados de su familia biológica. Produce la plena participación del menor en la vida de la familia. Es una medida preferente, pues estar con una familia proporciona un ámbito seguro, estable, afectivo, además de una atención individualizada y personalizada, que repercutirá positivamente en su desarrollo personal y social.

Además de ser una medida de protección, es una respuesta solidaria hacia una familia y hacia su hijo, mediante la cual, las familias acogedoras somos complementarias a las familias biológicas en la que sus hijos al no poder vivir con ellos, siguen desarrollándose en un entorno familiar.

¿Cuáles son las diferencias entre los distintos tipos de acogimiento familiar?

Existen diferentes modalidades del acogimiento familiar por su finalidad:

Acogimiento familiar de urgencia, que es el que se aplica a menores sobre los que hay que intervenir de forma inmediata, a fin de evitar su ingreso en centros de protección.

Acogimiento familiar temporal, que tendrá carácter transitorio, bien porque de la situación del menor se prevea la reinserción de éste en su propia familia, bien en tanto se adopte una medida de protección más estable.

Acogimiento familiar permanente, que se da cuando la edad u otras circunstancias del menor y su familia así lo aconsejen, y así lo informen los servicios de atención al menor.

Se contemplan también, las modalidades de acogimientos especializados y profesionalizados para niños con necesidades o circunstancias especiales.

¿Cómo llega un niño a necesitar una familia de acogida?

Por diversos motivos la administración puede retirar la tutela a los padres biológicos o dichos padres pueden entregar a sus hijos a la administración. Las causas pueden ser enfermedad, malos tratos, negligencias, desestructuración familiar, etc.

Otros de los motivos son la guarda voluntaria, en la que los padres biológicos ceden la guarda de sus hijos por un tiempo determinado a la Administración. También existen madres que renuncian a su hijo nada más nacer.

¿Qué características tiene un niño que se encuentra en esta situación?

En la mayoría de los casos son niños con características iguales a la de cualquier menor, pero que por sus vivencias necesitan de  un mayor apoyo.

¿Hay familias de acogida para todos los niños que lo necesitan?

No hay suficientes familias, ya que la diversidad y cantidad de menores que existe necesita a su vez mucha diversidad y cantidad de familias acogedoras.

¿Cuánto tiempo espera un niño una familia de acogida?

La realidad es que a la mayoría de adolescentes, grupos de hermanos, menores con algún trastorno de conducta o enfermedad casi  nunca les llega una familia acogedora y por ello es necesario que las administraciones potencien e incentiven los acogimientos especializados y profesionalizados.

En el ámbito de los  acogimientos de urgencia existe algo más de demanda, ya que, por las características de los menores, que suelen tener entre 0 y 6 años, así como por la duración del mismo, que suele ser de unos 6 meses, se hace mas fácil este tipo de acogimiento.

Hay que tener en cuenta que el verdadero  protagonista de este programa es el menor.  No se trata de “poner” o “colocar” a un niño en cualquier familia. Se debe valorar el perfil de la familia acogedora con las necesidades específicas del niño.

¿Qué requisitos debe cumplir una familia para acoger a un menor?

Cualquier persona mayor de edad, sin distinción de sexo o estado civil.

En cada comunidad se establecen los requisitos particulares y la documentación, formación y valoración necesaria para la idoneidad como acogedor…

Sobre todo que tengan capacidad de escucha, capacidad educativa, que entiendan y respeten los orígenes del menor, que tengan empatía con los niños y les ayuden a entender su situación. Respeto a la familia biológica y una colaboración con los responsables técnicos de la Administración.

¿Cuánto tiempo pasa desde que una familia toma la decisión de acoger un niño hasta que ese sueño se hace posible?

 Depende mucho de las administraciones de cada comunidad o provincia, los ratios de los menores que atienden los servicios de protección de menores son muy elevados y se puede retrasar mucho la idoneidad de la familia y el estudio de los casos y en segundo lugar de las características del menor y de la familia, ya que, es necesario que los equipos técnicos analicen ambas características, para que se adecuen las de la familia acogedora al menor acogido.

Algunas comunidades autónomas ya se han dado cuenta que una familia que se ofrece a participar en este programa, no puede estar 6 o 7 meses esperando a que se realice un cursillo de formación.  Para evitar que las familias se “enfríen” o  que por circunstancias personales tengan que desistir, se están realizando estrategias por parte de la administración en seguimientos  personalizados  desde el momento en el que estas familias piden información

 ¿Se puede medir de alguna manera la ayuda que se le da a ese niño?

La ayuda que la familia da a un menor acogido es de integración plena en la familia y en el resto de la sociedad, una integración hecha a partir del cariño y la entrega exclusiva a dicho niño.

La sonrisa del niño cuando llega el momento de iniciar o reiniciar su nueva vida. O las miradas de complicidad en el día a día. O la visita al cabo de los años a las familias acogedoras para presentarles a su pareja o a su hijo, o para ver qué tal están, son indicadores de la respuesta al cuidado y amor que se les ha dado el tiempo que han permanecido o permanecen con las familias acogedoras.

¿Cómo es la experiencia de acoger a un menor?

No se puede explicar, es una experiencia que hay que vivir. Es una experiencia gratificante, a veces dura, que merece la pena.

Las familias de acogida, ¿tienen algún tipo de apoyo o ayuda por parte de las instituciones?

Varia mucho según en la comunidad que residas, pero en general en España son muy escasas, las familias reclaman más atención y apoyo a los menores por sus necesidad, reclaman de la administración mas recursos a dichos programas, programas específicos de acompañamiento, mas seguimientos de los casos, etc.

¿Nos podrías contar algo sobre la relación de los niños con sus familia?

Esta es una de las diferencias con la adopción. Con el acogimiento familiar el contacto con la familia biológica no se pierde, es un derecho tanto del niño como de sus padres o familia extensa. Además estas visitas ayudan a todas las partes a situar la realidad del momento que están viviendo los niños y son  también indicadores de la relación  que mantienen los niños con sus padres. Los contactos son o deben de ser supervisados por personal técnico de la administración. La frecuencia queda establecida en el plan individual de cada caso y pueden oscilar en visitas semanales o quincenales.

Cuando una familia se ofrece para acoger un niño, ¿puede mostrar preferencias por la edad del niño y la duración del acogimiento?

Sí, puede elegir los tramos de edad que se acoplen mejor a sus características familiares y puede escoger la modalidad de acogimiento que desea realizar.

La duración viene determinada por el tipo de acogimiento. Pero estamos hablando que  en el acogimiento familiar hay que tener muy en cuenta la evolución del caso en su globalidad, no sólo del niño. Y por eso a veces el acogimiento puede alargarse más de lo que se establece en la Ley. De ahí que se apuesten por medidas flexibles, consensuadas…

¿Qué ha supuesto para las familias de acogida la nueva legislación sobre acogimiento familiar?

 La última ley que da un paso en el acogimiento importante es la de 2015 y en ella se reconocen a las familias algunos derechos y obligaciones que anteriormente no se reconocían.

A esto hay que añadir que la figura de la familia acogedora esta cambiando también y somos familias con un concepto de familia abierto a los cambios y circunstancias del menor y sin necesidades de posesión sobre dicho menor.

 ¿Se aprecian diferencias entre el acogimiento familiar dependiendo la comunidad autónoma donde se realice?

Sí existen muchas diferencias y no se establecen unas bases mínimas a nivel nacional, por ejemplo ratios de profesionales en los equipos técnicos por número de menores que atienden, cuantías mínimas asignadas para manutención, etc.

¿Hay algún país del que os gustaría que se tuviese en cuenta como referencia por su forma de apoyar y llevar el acogimiento familiar?

Francia, Alemania, Inglaterra, estos países hacen una apuesta firme por el acogimiento.

En España aun se ve como un recurso secundario, basado en la beneficencia y el voluntariado.

Para finalizar, ¿hay algo que os gustaría compartir con las personas que no conocen lo que es el acogimiento familiar o que se están planteando dar el paso?

 Normalmente el miedo mas grande al que nos enfrentamos para acoger, es el miedo a la despedida, yo les diría que no puedo dejar de amar por el miedo a la despedida, porque siempre me quedara el recuerdo de todo lo bueno que me dieron y ellos se llevaran todo lo bueno que mi familia les dio.

Con tu respuesta, se me ocurre una última pregunta… ¿siempre hay despedidas, o en ocasiones el acogimiento acaba siendo para siempre?

Tanto en los acogimientos de urgencia como temporales, siempre hay retorno del menor con su familia biológica o se establece otra medida de protección como por ejemplo la adopción.

Pero en los acogimientos permanentes en los que no se prevee un regreso a la familia biológica, la despedida se dará en el momento de la emancipación, vamos,  como lo que nos sucederá con nuestros hijos biológicos. Pero no será una despedida “para siempre”. Siempre estaremos allí.

Es otra de las cuestiones que planteamos desde las Asociaciones. El respeto y derecho de la historia del menor. El acogimiento no debe de verse como un paréntesis en la vida de un niño. Abogamos que aunque estos niños y niñas regresen con su familia y sobre todo si son adoptados, que se mantenga una relación con las familias que han estado presentes en esa parte de su vida.

Muchísimas gracias Jose Antonio, por poner voz a tantas familias que hacéis una labor tan maravillosa y necesaria como dar cariño y afecto en el calor de un hogar, a niños que de otro modo tendrían que vivir en un centro de acogida. Ojalá haya muchas familias a las que les lleguen tus palabras y sientan ganas de ayudar a un niño que espera una familia que le quiera.

 

 

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