Hace un día lluvioso, y hemos organizado una tarde en el parque infantil “de bolas”. Qué mejor oportunidad para hacer un despliegue, en donde además de que los niños lo pasarán “en grande”, los adultos tendremos la oportunidad de verles disfrutar mientras aprovechamos para tener una conversación agradable con unos amigos.
Los niños están tan emocionados, que nos preguntamos por qué nos hemos anticipado dándoles la noticia dos horas antes, en vez de esperar al último momento, ya que, eso habría marcado la diferencia entre un mediodía tranquilo o uno “eléctrico”. El trayecto en coche va en la línea, y no salen del coche con los zapatos en la mano para “ganar” tiempo, porque nos hemos asegurado de que los llevan puestos.
Los niños más mayores, conocen el lugar, y entran al parque infantil como si les siguiera un miura, gritos incluidos. Es tanta la emoción que sienten, que a veces es mejor buscar espacios para liberarla de forma adecuada que intentar contenerla. Los niños más pequeños sin embargo, sienten una mezcla de emociones, que puede desencadenar en distintas reacciones.
Mientras unos imitarán a los niños más mayores, saltando y tirándose por los toboganes sin medir riesgos, otros serán cautelosos y necesitarán su tiempo para situarse en el lugar y mostrar sus preferencias. Si hubiese una cámara cerca, a grandes rasgos, podríamos ver diferentes reacciones por parte de los padres, ya que, hay quien tiene tendencia a dejar actuar “en libertad” y quien es más partidario de supervisar de cerca.
Un parque infantil “de bolas”, nos da la oportunidad de ver la forma en que se sitúa nuestro hijo en “el mundo”, por lo que si quieres ser su bastón y no su “yugo”, conviene tener en cuenta:
1- Es nuestro hijo quien va a jugar, por lo que debe de ser él quien elija cómo hacerlo.
2- “Plantarle” en un punto del circuito esperando que desde “el minuto uno” actúe como “niño que disfruta del juego”, es un gran error. Debe ser él quien elija cuándo y cómo si no queremos “pervertir” y condicionar el modo en que explora.
3- No debemos “animarle” con frases similares a “venga, sube por las escaleras”, “pero sube, ¿no ves que se te están colando?”, “pero hijo, ¿qué te pasa, no te atreves?”, “tienes que ir por ahí”… ya que, son formas de influir negativamente en su autoconcepto.
4- Es preferible reforzar la autoestima de nuestro hijo, respetando sus tiempos y sus formas, dándole la opción de sentirse capaz de solucionar este primer encuentro con un entorno nuevo, que le hará reforzar sus recursos internos y su autonomía personal ante nuevos retos.
5- Es emocionalmente sano, que nuestro hijo se tome su tiempo para elaborar “el mapa”. Algunos niños, tienen facilidad para adaptarse y resolver de forma rápida, mientras que otros precisan un rato para observar el lugar, elegir un camino y atreverse a explorarlo.
6- Si solicita ayuda, o compañía es positivo que se la demos.
7- No forzar a hacer algo para lo que no está preparado. Nuestro hijo nos lo dirá con su comportamiento, si estamos receptivos a entenderle.
8- El modo en que los niños se comportan en un parque infantil “de bolas”, está directamente relacionado con su seguridad emocional. Hay que fijarse si anda de puntillas sin motivo aparente.
9- Si observamos que nuestro hijo, está más quieto de lo esperado, la mejor forma de ayudarle, es diciéndole que estamos a su lado y que puede tomarse el tiempo que necesite.
10- Es un lugar de encuentro “consigo mismo”, en el que tiene que elaborar sus propios recursos, por lo que observar cómo se comporta, y ofrecerle miradas y sonrisas de aprobación ante los logros, son especialmente eficaces para superar los momentos en los que necesite seguridad y aceptación.
11- Dan la posibilidad de mejorar las habilidades motrices mientras los padres las observamos para poder compensar las que requieren optimizar su destreza. Probar sus propios límites con la garantía de que el lugar está protegido y no se hará daño, es una forma no necesaria pero adecuada para su correcto desarrollo emocional.
12- Permite observar el modo en que nuestro hijo establece las relaciones sociales con otros niños: si es invasivo, si tiende a ser respetuoso o a rivalizar y tener conflictos, si muestra facilidad para dirigirse a otros niños o prefiere jugar en solitario. Son indicadores que no debemos desaprovechar para poder trabajar en casa los aspectos que consideremos conveniente mejorar.
13- Es un recurso que se puede utilizar con fines educativos, y no meramente de ocio, ya que nos puede aportar mucha información sobre nuestro hijo. Si tienes intención de acudir a un parque infantil “de bolas”, piensa que el modo en que te sitúes en él, te puede aportar un “plus” para entender y ayudar mejor a tu hijo.
8 comentarios
Ayyyy se borró mi comentario!!! te decía que en este tipo de lugares los protagonistas parecen los padres en lugar de ser meros espectadores de como disfrutan sus hijos. A UNMF no le gusta este tipo de sitios, ya les gustará, o no…pero yo por supuesto no le presiono y obligo nunca.
Hola Carol!!
Haces bien, porque es un lugar para los niños, que tiene muchos más matices de lo que parece. Un abrazo y gracias por pasarte!!
Mi hijo odia ese tipo de parques. Será porque aquí no tenemos, y las pocas veces que ve uno cuando salimos, no quiere ni acercarse jaja. Dos veces lo he intentado, a parte de los parques de burguer king y cosas asi, y nada..que no quiere. Este es mas de campo y tirarse por los charcos.
Hola Sra. Jumbo!!
Es bueno respetar sus preferencias por lo que si no le motivan, no pasa nada. Seguro que disfruta del medio ambiente como bien dices, un abrazo y gracias por la visita!!
Me ha llamado la atencion la frase de que en el parque vere su sensibilidad emocional,y si anda de puntillas…mi hijo camina.mucho asi….que quiere decir?
En est tipo de parques,si estan llenos,el prefiere observar,y no jugar,por ahora no se atreve siempre a meterse en ellos,depende del dia y lugar,yo respeto su proceso,aunque si lo he animado.
Hola Laura!!
Sería interesante saber la edad de tu hijo y algún otro detalle para poder responder de forma precisa a tu consulta, y poder valorar el caso concreto. De todos modos, como referencia, es interesante saber que la manera de caminar está relacionada de forma directa con la seguridad con la que se sitúa en el mundo y que traslada al modo en que pisa.
Algunos niños de aproximadamente dos años, ante estímulos o situaciones que les generan alguna emoción que aún no saben gestionar tienden a andar de puntillas buscando mayor seguridad en un intento de “pasar de puntillas” por la emoción.
Si deseas profundizar un poco más, podemos hablarlo vía email, aunque por lo que dices estás respetando sus tiempos de forma adecuada y entendiendo que necesita su espacio y que hay factores que pueden influirle como la presencia de otros niños en el entorno.
Un abrazo y muchísimas gracias por tu visita y por tu comentario!!
Muchas gracias por tu respuesta,pues me parece fascinante que halla un porque,porque yo lo asimilaba como algo propio que el hace desde que comenzo a andar.tiene casi tres anos,y pues desde que anda,al correr pisa de puntillas muchas veces mientras juega,tanto en parque,como al futbol,o en casa. Tambien lo hacia en la guarderia,lo cual les llamaba la atención,y creian que era por los zapatos,pues no,es algo que forma parte de su forma de actuar y ser,me gustaria saber mas sobre ello.muchas gracias
Hola Laura!!
En este tiempo habrás probado varios pares de zapatos pero como habrás podido comprobar, esa no es la causa.Te mando un email, un abrazo!!