¿Estás cansada de decir “NO” a tu hijo? Aprende a poner límites


Mi hija está pasando una temporada en la que parece que busca que le pongamos límites. Tengo la sensación de que me paso el día diciéndole: “no subas ahí”, “no saltes aquí”… y no se si es la mejor forma de educarle. ¿Se puede hacer de otro modo?

 Los niños necesitan límites para saber lo que es correcto y lo que no. Les ayuda a formar su personalidad, a tener valores y a sentirse seguros cuando los cumplen. Pero a veces, también necesitan saltárselos para comprobar qué sucede. De esa forma nos prueban, se prueban y aprenden a conocerse.

Un niño que pone la música al máximo volumen, no lo hace para “fastidiar” o para demostrar que puede hacer lo que quiera. Lo hace para saber… si sigues estando. Puedes sentir que te está retando, pero también puedes entender que está madurando, que está probando. Necesita saber si el límite sigue estando en el mismo sitio y si te sigues preocupando por él. Si te sigue importando. Por eso los límites les dan seguridad.

Tu respuesta condiciona

Un niño tiene que saber que aunque se salte un límite, siempre vas a estar para reconducirle a “casa”. Tiene que saber que tu casa es su casa, que es de los dos. Y tiene que saber que las normas nos protegen y nos dan seguridad.

Si cuando un niño pone la música “a tope”, nuestra respuesta es “¡no subas la radio!” lleva implícito el mensaje de “molesto”. Hay que tener claro que eso es lo que pensará. Una mirada, un tono o un gesto, pueden hacer que en un “¡no subas la radio!”, el niño entienda “¡no subas la radio que molestas!”.

El “no”, no ayuda, no les dice lo que tienen que hacer

Como esto es algo que no queremos hacer, porque queremos cuidar la autoestima del niño, es importante que cuidemos nuestra manera de decir y de hacer para que el mensaje le llegue tal y como queremos que lo entienda. Así nos aseguramos que el niño crece sintiendo que sus padres le quieren y le respetan, y que el motivo de la petición, busca cuidar sus oídos y los de sus vecinos, lo que hará posible que sonría más, que se sienta más entendido, más capaz, y que sea más feliz.

¿Cómo poner límites en positivo?

Los límites  pueden ponerse de dos formas. Podemos hacerlo con anticipación o con precipitación. Si hablásemos por ejemplo del horario de llegar a casa, es fácil anticiparse y tener un tiempo que nos permita hablar, explicar, dialogar, negociar y consensuar. Este tipo de límites pueden generar diferencias de opinión, pero nos permiten planificar cómo ponerlos y reservar “espacios de respiro”, en los que sustituyamos “no quiero que llegues tan tarde a casa”, por “prefiero que llegues antes a casa”. Dos frases que parecen decir lo mismo pero que no suenan igual. No afectan igual.

Pero hay situaciones en las que sentimos que debemos actuar con inmediatez. Pueden ser momentos en los que entendamos que la situación es de riesgo vital o que simplemente, el incumplimento de la norma, despierta en nosotros una emoción de ira o rabia que nos hace actuar “en resorte”. Estos casos son más susceptibles de dañar y de generar en cuestión de segundos, situaciones desagradables y respuestas que no cuidan.

Es cuestión de entrenamiento, de buscar recursos, de tener hablado con el niño un “discurso neutro o genérico” sobre el valor de los límites y de la norma en la vida familiar, para que pueda interiorizar la importancia de respetar. El diálogo, la comunicación y el consenso, nos dan seguridad y nos pueden permitir y posibilitar sustituir “¡a mí no me hables así!” por una posición más positiva y cercana en la que puedas tocarle para decirle “estás en casa, somos casa. Somos un equipo, somos tu equipo y estamos aquí para ayudarte”.

No ayudes a que tu hijo obedezca por miedo o porque si. Dale un motivo mejor, un motivo más fuerte. Dale un buen vínculo.

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4 comentarios

  1. Es tan dificil hablar en positivo!! Ultimamente tengo el no en la boca y es que continuamente va a jugar de forma brusca con su hermano de 10 meses. También lo coge en brazos continuamente y le hace daño, a veces incluso de forma intencionada. Es por esto que mi miedo me lleva siempre a decir NO lo cojas, NO le pegues, NO le hagas…
    Entiendo que no es lo mejor, pero cuando estás en una situación en la que el pequeño corre peligro…como se pueden girar estas frases???

  2. ¡Hola Ainara!

    Entiendo lo que dices porque es algo que sucede a menudo, pero muchas veces es cuestión de mentalizarnos y de darnos cuenta que “no le cojas” puede decirse “es mejor que le cojas de este modo” o “le gustará más si haces así”. Si aprovechas a hacerlo tú e invitarle a que lo haga después, estás también modelando su conducta de un modo positivo. Espero que te sirva la idea. ¡Un abrazo y gracias por la visita!

  3. Hola! Creo que a la hora de poner limites hay ponerse también en el lugar de nuestra hijos my mirar el mundo a través de sus ojos. Los límites se los pueden saltar siempre que quieran realmente es algo tan intangible que por poder pueden hacerlo, sin embargo, cuando se saltan la norma de manera consciente lo que están buscando es por un lado saber si su adulto de referencia sigue ahí y por otro conocer las consecuencias de sus actos, ya que en muchas ocasiones no lo saben; vamos, como tu has dicho el “qué ocurre si me salto el límite”.
    Muchas gracias por tu post.
    Un saludo,
    Amai

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