Hoy he tenido dudas de si te estoy educando en empatía. He sentido que podía no ser así, y como te quiero y te respeto tanto, te lo tengo que decir. No tendré una conversación contigo, como haría con mi mejor amigo. Haré algo mejor por ti:
1/ Cuando contemos un cuento, te hablaré de cómo creo que se sienten los personajes, y cuando aprendas a hablar, lo haremos entre los dos, adaptando el lenguaje para que me entiendas.
2/ Si vemos una escena en la calle, en la que ha habido algún conflicto, aprovecharé el momento en que nos vamos para preguntarte qué crees que habrán sentido y cómo crees que lo habrán pasado.
3/ Cuando veamos algo en la televisión, reservaré unos minutos después, para que hablemos de cómo sentirían los protagonistas.
4/ Si vemos un animal herido, o atado, hablaremos de cómo creemos que se siente.
5/ Si tienes algún momento de disputa con otro niño, te recogeré, te abrazaré y te preguntaré cómo estás, pero también te explicaré que en un conflicto, ambas partes sienten y tienen emociones, y que es importante ponerse en “la piel” del otro para actuar con respeto, y tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
6/ Si se le cae la merienda a un niño, hablaremos de cómo creemos que se siente.
7/ Si escuchas a un adulto riñendo a un niño, me encantará saber cómo crees que se sienten.
8/ Haremos juegos en los que intercambiemos los personajes, porque disfrutando, aprenderás cómo se siente desde los distintos puntos de vista. Nos ayudará nuestra imaginación y nuestras ganas de estar juntos y pasarlo bien.
9/ Seré sutil, para no cansarte y utilizaré un lenguaje sencillo que ni cuestione ni interrogue.
10/ Seré paciente, y cuando vea evidencias de que has entendido el mensaje, y de que sabes que tus emociones son importantes, pero que también las de otras personas lo son, comprenderé que he logrado educar en empatía y que eres aún más grande.
Enseñarte el valor de la empatía, y ayudarte a que la sientas sin necesidad de esforzarte, es una forma de desarrollar tus habilidades emocionales, por lo que es un regalo que te acompañará toda la vida, y que te permitirá desarrollar todo tu potencial, te hará entender mejor a las personas, te posibilitará actuar de forma más justa y adecuada, te facilitará ser más generoso y solidario, tener más y mejores amigos, ser mejor valorado, ser más querido, saber trabajar en equipo y ser… mejor persona, lo que repercutirá de forma positiva en tu autoestima y tu bienestar emocional.
11 comentarios
Todo el mundo habla de que los niños tienen que tener empatía, pero es la primera vez que leo como hacerlo. Me encanta y lo comparto.gracias
Gracias a ti Nerea por tus palabras y por compartirlo, un abrazo!!
Gracias por compartirlo. Así se desarrolla la empatía, a ver si me aplico el cuento y reservo esos minutos para hablar 😉
Hola!!
Seguro que sí, merece la pena porque es algo que les servirá toda la vida. Un abrazo y gracias por la visita!!
Gran entrada!! Hay que enseñarles la importancia de la empatía des de pequeños y que mejor manera que como explicas! Saludos!!
Hola Montse!!
Educar en la empatía y el respeto por los demás, es una habilidad tan imprescindible para el bienestar emocional de los niños, que deberíamos tenerla presente cada día. Muchísimas gracias por tu comentario, un abrazo!!