Mariela Michelena: “Hay que abogar porque el permiso de maternidad sea más largo”


Mariela Michelena

Hola Mariela, cuéntanos algo de ti

Para empezar, soy Venezolana, con todo lo que significa en este momento, con todo el dolor que supone en este momento. Pero quizás, incluso el dolor, me hace más Venezolana todavía. Después soy mujer, también con todos los dolores que conlleva ser mujer. Y de alguna manera, mis escritos, aún cuando los puede leer cualquier persona, están escritos desde las tripas de una mujer, desde el alma de una mujer, y desde la forma de sentir de una mujer. Así que yo creo que no escribo sin género, no escribo neutro.Venezolana, mujer, psicoanalista. A mí, ser psicoanalista, me confiere sin ninguna duda, un sentido de identidad, no sólo  profesional, sino también personal. Es decir, no me pasa sólo a mí sino a todos los psicoanalistas, porque el psicoanálisis, ahonda de una manera tan profunda y tan intensa en la naturaleza humana, que es como si nada que trate de la naturaleza humana, le es ajeno.

Entonces, como psicoanalista, todo lo que tiene que ver con las personas me gusta, me interesa, me despierta curiosidad, me apasiona, me pongo a ello, me lo pregunto… todo me importa y todo me interesa. Por ejemplo, voy a dar una conferencia sobre El amor en los tiempos de Google, pues me interesa qué pasa hoy con las relaciones y cuál es el papel de las redes sociales, qué pasa con todos los cambios que ha habido en la sociedad, y cómo se vive el amor hoy, que no se parece en nada a  cómo se vivía en el siglo XIX. Todo eso me interesa, y todo eso está en relación con mi identidad como psicoanalista.

Aparte de venezolana y Psicoanalista, dicen que soy escritora, porque escribo libros. A mí me parece que el de escritora es un título que me queda grande. Me siento más cómoda pensando que soy una psicoanalista que escribe libros. Prefiero decirlo así, porque ser escritor, supone un talento literario que no necesariamente me acompaña. La literatura me despierta mucho respeto como para sumarme a ese “club” de una forma superficial o banal.

¿Cómo surgió la idea de escribir “Un año para toda la vida“? 

En el Colegio Mayor Isabel de España de Madrid generalmente se organizan ciclos de conferencias, son muy activos en cuanto a las actividades extraescolares, albergando desde el flamenco, la literatura, la física cuántica, la economía o el psicoanálisis. Durante mucho tiempo, lo dirigía una compañera psicoanalista: Maria Luisa Muñoz, y ella me pidió que preparara un curso sobre el primera año de vida del bebé para las chicas del Colegio Mayor, que todavía no era mixto.

Entonces, había que escribir algo, o preparar algo, que les pudiera servir a chicas adolescentes un año para toda la vida. Mariela Michelenaen su veintena, que tenían a su primer bebé muy lejos, como mucho en la imaginación. Y fue por eso, que se me ocurrió hacer la comparación entre el bebé de carne y hueso, y el bebé que imaginario, pero activo, que todos llevamos dentro, el bebé adulto con el que todos convivimos, pensando en que eso les sería más útil a estas chicas, y que eso las engancharía a pensar también en el bebé oficial.

Al principio se juntaron unas cuantas y, se empezaba a correr la voz de que aquello valía la pena, y cada vez venían más chicas, y el último día ya no cabían. Fue muy bonito. Estas conferencias, se grabaron, se transcribieron, y empezaron a rodar entre las hijas embarazadas de mis amigas. Y un día, me di cuenta de que tenían mucho éxito, y que estaban rodando por ahí sin padre ni madre, de manera que pensé: “si le interesa a tantas chicas embarazadas, igual les interesa a más”. Así, que se me ocurrió presentarlo en una editorial, donde el proyecto interesó muchísimo, hace ya 16 años de esto.

¿Algo cambia cuando somos madres?

Todo cambia cuando somos madres, es decir, la vida cambia de una forma radical. La vida ya no volverá a ser más lo que era. En algunos aspectos, va a ser peor, en otros a muchísimo mejor, por todo lo que supone un hijo y sobre todo, por todo lo que supone un hijo en esta época en la que las infraestructuras no acompañan suficientemente la maternidad.

Las mujeres trabajamos y las mujeres competimos en un mercado laboral muy exigente. Eso, para ubicar a las madres de hoy, con solidaridad y comprensión y decirles… “Sí, lo tienes muy difícil, pero es posible y vale la pena”. Pero sí, la maternidad cambia totalmente, cambia el punto de vista…

De todas maneras, estas cosas, no son obligatorias. Yo creo que esto es importante saberlo. Es decir, el instinto maternal no existe, porque los seres humanos no somos animales, no somos instintivos. El instinto, existe en los animales. En nosotros existen disposiciones. Es verdad, que las mujeres tenemos una gran disposición para la maternidad, y para la mayoría completar ese sueño de ser madres, es algo muy importante que puede ser muy satisfactorio, pero no tiene que ser igual para todas las mujeres.

A mí me parece importante recalcar que cada caso es cada caso, y que cada quien va a vivir la maternidad como puede. No podemos hablar de un instinto universal.

¿Por qué es importante el primer año de vida?

Yo creo que es el año más importante de la vida en cierto sentido, tampoco me gusta decir: “¡Uy!, si en ese primer año te fue mal, te va a ir fatal en la vida”, porque no es así. Lo que sí es cierto es que nunca, en ninguna otra época de la vida, se van a aprender tantas cosas y sobre todo, cosas tan cruciales y tan importantes. Cosas que nos van a acompañar todo el resto de la vida.

Las cosas que aprendes en el colegio, en la guardería, en la universidad, te sirven o no te sirven, las usas o no las usas. Eliges una carrera, eliges una especialidad, eliges otra, eliges un grupo de amigos, eliges otro… pero lo que aprendes en ese primer año: a querer, a ser querido,  a mirar, a ser escuchado, a escuchar, a sonreír, a comer, a dormir, a querer, a andar… esos son pilares vitales para el resto de la vida. Por eso es tan importante que ese primer año se cuide todo lo mejor que se pueda.

Yo creo que hay que abogar porque el permiso de maternidad sea más largo, porque la madre pueda pasar más tiempo con su bebé, y pueda dedicarle más tiempo, porque eso es una inversión para el futuro. Ojalá que los gobiernos entendieran que no es una pérdida de tiempo, sino al contrario, que lo que se invierte en atención a los bebés, es algo que se van a ahorrar en atención a adolescentes desubicados, en adultos que sufren, en niños con TDAH, etc.

Ojalá que se pudiera prolongar el permiso de maternidad o de paternidad. Me da igual… y no me da tanto igual, es decir, no es lo mismo la mamá que el papá. Ahora nos gusta uniformarlo todo, y hacer como si es lo mismo una cosa que otra y hacer que todo es igual pero no es así. Son igual de importantes, ambas funciones, la función paterna y la función materna tienen un papel crucial en el desarrollo del niño, pero no son iguales, son distintas. Yo abogo, porque en los primeros tiempos, quien esté más tiempo con el bebé, sea la mamá en la medida de lo posible.

¿Cómo recomendarías cuidar en ese primer año el mundo emocional del bebé?

En ese primer año de vida del bebé, lo más importante es la mamá. Es la que tiene que sentirse más cómoda, porque sólo en la medida en que la mamá se sienta cómoda con su función de madre y no se sienta sobre exigida, ni perseguida, ni tensa, ni inadecuada… en esa medida, ella podrá cuidar y atender a su bebé de una forma natural, sin demasiadas normas, sin demasiados “esto es bueno, esto es malo”, “esto está permitido, esto está prohibido”.

Yo creo que hay que defender la comodidad de la mamá. Creo que en ese sentido, Un año para toda la vida, es un libro que acompaña a la mamá, que si se pone de parte de alguien, se pone de parte de la mamá porque sólo si la mamá está cómoda en su función, podrá hacer un buen trabajo. Es como en los aviones, cuando te enseñan el funcionamiento de la máscara de oxígeno, y te dicen que si viajas con un niño, primero tienes que ponerte tú la máscara de oxígeno, y sólo después de que la tienes bien colocada, debes ponérsela a tu hijo.

A mí me parece que este es un ejemplo muy importante, y que el adulto se tiene que asegurar su propia respiración para hacerse cargo de la respiración del menor. Y esto es así siempre, en los aviones, y en la vida. Hay situaciones, en las que se pone tal acento en el bebé, que la pobre madre se siente que es una mala madre, que lo está haciendo fatal, que su hijo va a sufrir porque ella no quiere o no puede por ejemplo darle el pecho, o porque ella no quiere o no ha podido cuidar de su hijo todo el tiempo que hubiera querido.Mariela michelena

Primero por tanto, que la mamá esté cómoda, y segundo, darse tiempo para conocer a ese bebé. Saber que cada bebé es diferente, que cada bebé es un mundo, y que vale la pena descubrir las peculiaridades de ese bebé. Una mamá que tiene varios hijos, puede distinguir: “este bebé no tiene nada que ver con su hermano mayor”. Este es más llorón, este es más exigente, este es más tranquilo, este es más plácido… Ser capaces de conocer a esa personita que todavía se está haciendo, le va a dar una tranquilidad al bebé importante: la tranquilidad de saber que él va a poder ser como él sea sin tener que disfrazarse de algo que no es sólo por complacer a la madre o por tranquilizarla.

¿Cómo afectan las emociones de la madre al bebé?

Uno tendría la tentación de decir que lo afectan muchísimo, o de decir que todas las emociones en la madre afectan al bebé, o que todo lo que le ocurre a la madre repercute en el bebé. Esto es así, pero no sólo es así. Es decir, hay emociones muy intensas que sí van a repercutir en el bebé. Si una mamá está deprimida y no puede hacerse cargo del bebé, o puede hacerse cargo del bebé sólo de una manera mecánica: “ahora toca esto, a las tres horas le toca el biberón, ahora le tengo que cambiar…”, es decir, cuando una mamá no puede disfrutar de su bebé, no puede jugar con él, eso efectivamente va a afectar al bebé y lo va a dejar sólo con sus emociones.

Ahora, es verdad, que las cosas que le ocurren a la mamá van a afectar al bebé, porque es la relación más importante y estrecha, y prácticamente la única que tiene el bebé durante los primeros tiempos, y la madre es esa persona a través de la cual el bebé va a conocer cómo es el mundo y cómo es la vida.

Pero también es verdad, que el bebé llega al mundo con su propia mochila: con una manera de ser, una cierta capacidad para esperar o no; una voracidad que puede ser de uno a diez. El bebé con voracidad 1, pues igual hay que animarlo más a que coma, mientras que el bebé con voracidad 10 habrá que hacerlo esperar un poquito, porque no se puede complacer todo, todo el tiempo, ni puede estar todo el día mamando, o todo el día pegado al biberón o al pecho.

Por supuesto que las emociones de la mamá afectan al bebé, en la medida en que es la madre la que le transmite la experiencia. Es como si un extranjero quiere aprender español. Pues no es lo mismo que se lo enseñe un mexicano, que una persona de Bilbao. Aprenderá el mismo idioma, pero de formas muy diferentes. Otra cosa es la capacidad que esa persona tenga para los idiomas, el oído que tenga, el empeño que ponga en estudiar y en aprender, si ve o no películas, y qué películas ve, si lee o no en español… Pero no es lo mismo aprender español con un mexicano, que con un bilbaíno.

En esa medida, si el bebé aprende el idioma de la vida a través de la madre, las cosas que le faltan a la madre, le van a faltar a él. Las cosas que sobrepasan a la madre le van a sobrepasar a él. Por eso es tan importante el contrapunto del padre, su presencia y la diferencia que aporta a la experiencia.

¿Qué papel tiene la lactancia en este primer año de vida?

Es delicado, porque a veces se culpabiliza mucho a las madres que no quieren o no pueden dar el pecho. Si una mamá no da el pecho, ella tendrá sus razones. A lo mejor sus razones pueden ser muy neuróticas, me da igual, son sus razones, y esa es la mamá que le tocó a ese niño. Entonces, es preferible una mamá cómoda con el biberón, a una mamá que esté incómoda con el pecho.mariela michelena educacion

La alimentación es importantísima, porque el primer intercambio que tiene el bebé entre lo que es dentro y fuera, lo que tiene él, lo que le falta y lo que recibe desde fuera. Es decir, su boca y sus ojos, son el conducto a través del cual el mundo le penetra. A través de esos ritmos que supone la alimentación, irá aprendiendo cómo funcionan el mundo y la vida que al principio, tienen que ser a la medida del bebé, y que la pareja madre-bebé, tendrá que ir conociéndose y adaptándose el uno al otro, y más adelante, ya la madre podrá establecer ritmos que también le convengan a ella y que de paso le convengan al bebé, porque las rutinas, los tiempos, el “espera” y el “no” también son muy importantes.

La lactancia es el vehículo a través del cual, el bebé va conociendo el mundo por lo que es una experiencia importante para ambos. Hay cosas, que son indiscutibles, como que hay una mayor intimidad cuando la alimentación es a través de la lactancia materna. Además de eso, hay numerosos estudios sobre las bondades de la calidad de la leche materna como son los anticuerpos, porque estamos hechos pensados para que haya alguien que nos amamante, no estamos hechos pensados en fórmulas de farmacia. Sin embargo, como no somos animales, podemos inventarnos una leche artificial que sustituya la lactancia materna. Los animales no tienen esa alternativa.

Es muy importante, pero hay que tener cuidado de no culpabilizar, de no cargar todas las tintas en esa lactancia, porque a veces parece que si no le das de mamar a tu bebé, le estropeas la vida. O en el otro sentido, parece que da igual el resto de cosas que hagas, porque si ya le diste de mamar, ¡todo está hecho!

A veces, el amamantamiento calma mucho al bebé, por eso es frecuente ver mamás, sobre todo las primerizas, que resuelvan cualquier problema que tenga el bebé dándole de mamar; si el bebé llora, pecho; si el bebé no duerme, pecho; si el bebé está inquieto, pecho… todo se soluciona con el pecho, y la vida no es así. A lo mejor el bebé llora porque tiene sueño, o llora porque tiene ganas de llorar y punto, no siempre tiene hambre.

Algunas veces habrá que esperar un poco a ver si es hambre lo que tiene, y tolerar que llore un poco para identificar qué es lo que necesita, o si está necesitando que juegues con él, o si está demandando que lo calmes de otra manera. Cuando todo se soluciona a través del pecho, de forma inmediata; cuando cada vez que hay una dificultad se recurre a la alimentación, podemos encontrarnos casos de niños que todo lo resuelven comiendo, y que pueden derivar en obesidad infantil, sumándose a la epidemia del mundo moderno. La alimentación, como las drogas, procura una satisfacción inmediata, no tienes que esperar, no tienes que posponer la satisfacción, no tienes que esperar el placer ni el calmante, porque te calman inmediatamente.

Entonces… ¿hay un problema de que no sabemos esperar?

No sabemos esperar, y menos en esta época y menos en este mundo, donde todo es inmediato y todo es ya. Las carreras se acortan, todo lo tenemos por Internet, en Wikipedia, todo lo sabemos ya, no hay distancia, no hay tiempo… da igual que queramos algo de Australia, porque entras en Amazon y en una semana lo tienes en la puerta de tu casa. Entonces esa distancia que da el deseo, esa añoranza de “cómo me gustaría…”, ya no existe. No estoy diciendo que lo que pasa ahora sea malo, sólo lo estoy describiendo. 

A veces la culpa nos acompaña en nuestra faceta de madres, ¿qué nos puedes decir sobre eso?

Mira, yo tenía una paciente que decía: “Desde que soy madre, somos tres: mi hija, mi culpa y yo.” Es verdad que la mamá es responsable de muchas de las cosas que le pasan al bebé, pero no de todas. Si tiene anginas o vegetaciones, eso no es culpa tuya, si tiene gastroenteritis, eso se llama virus, eso no es culpa tuya. Si el niño es llorón porque ha nacido llorón, pues eso tampoco es culpa tuya, o si el niño se cae o se da un golpe. Son gajes del oficio de vivir.

En la vida no podemos estar vacunados contra todo, pero es verdad que como la madre es la que ha cuidado de ese bebé en la tripa, y la que está cuidando de ese bebé durante los primeros tiempos, y el bebé es un ser tan frágil y tan dependiente, es muy fácil que ella se sienta culpable. Por tanto, conviene saber que es normal que se sienta culpable, aunque no tenga razón; es decir, aunque no sea culpable. Somos responsables de un montón de cosas porque el bebé está a nuestro cargo. ¡Pero el bebé también es muy suyo!

Lo que dices de un adolescente, no lo dices de un bebé, porque el adolescente elige si fuma o no, si se droga o no lo hace. Con un adolescente se supone que ya has hecho tu parte de educarle en los valores, de enseñarle lo que debe o no debe hacer, pero después, él elige. Así, puedes no sentirte tan responsable, pero un bebé, tiene mucha menos capacidad de autonomía, aunque tiene alguna. Entonces, en la medida en la que no es autónomo te sientes responsable, y en la medida en la que tiene una cierta autonomía como llorar, comer o dormir cuando quiere, en esa medida, no eres del todo responsable.

Respecto a la pregunta “¿Cómo se hacen los bebes?, ¿qué recomendación nos darías? ¿Crees que es preferible anticiparse o esperar a que sean los niños los que lo pregunten?mariela2

Anticiparse nunca es bueno. En la vida, nos anticipamos en todo. Cuando le ponemos al pecho al bebé antes de que tenga hambre, nos estamos anticipando, cuando lo llenamos de una información que no está en disposición de entender, también nos estamos anticipando. No hay que anticiparse porque antes o después, se va a enterar, ¡seguro que se va a enterar!, pero no hay prisa porque se entere.

Parece que nos convertimos en Wikipedias ambulantes, y hay un momento en el que el niño, aún cuando aparentemente quiere saber, quiere enterarse y quiere averiguar, en realidad, quiere seguir creyendo en los Reyes Magos o en la cigüeña, o cualquier historia mágica, que no implique todo lo que la sexualidad supone, porque a lo mejor todavía no tiene la capacidad de comprenderlo, de reconocerlo o de aceptarlo.

No hay que adelantarse, sino esperar a ver qué es lo que el niño quiere saber, y si al niño lo que le cuentas no le interesa, pues entonces le contestas lo que él va preguntando, y de eso tomará lo que él pueda digerir. Es decir, a un bebé, no le das un chuletón, pues esto es lo mismo. A veces, hay informaciones que para los niños son como un chuletón para un bebé, y en estos tiempos tienen acceso a imágenes y a una información que no están con capacidad de digerir.

¿Qué nos puedes contar sobre tus próximos proyectos?

El sábado 28 de mayo, de 10:00 a 14:00, tengo prevista una conferencia abierta al público, en el Colegio de Médicos de Bilbao, que llevará por título “El amor en tiempos de Google”. ¡Así que espero verles allí!

Mariela, para finalizar, sobre tu libro más personal “Anoche soñé que tenía pechos”...  ¿cómo se afronta un cáncer de mamá? Un consejo desde tu propia experiencia que te gustaría compartir…

¿Qué cómo se afronta? ¡Como buenamente se puede! Yo creo que no hay consejos, sino que cada quien hace lo que puede. Yo creo que es una experiencia traumática, muy difícil, muy devastadora, y que cada quien hace lo que buenamente puede, ni más ni menos, no hay fórmulas que valgan igual para unos que para otros.mariela michelena anoche soñe que tenia pechos

Puedo contarte lo que yo hice, pero eso no quiere decir que sea lo mejor. Yo sobreviví bastante bien, muy acompañada. Por ejemplo, yo no lo oculté, de manera que mi familia y mis amigas me acompañaron, y para mí eso fue muy importante. Yo me dejé estar, lo que significa que no trabajé durante la quimio, sino que me propuse curarme y me dediqué a curarme.

Y cuando estaba furiosa, estaba furiosa. No lo pagaba con nadie, porque nadie tenía la culpa de que yo tuviera cáncer, no le amargué la vida a nadie, porque para eso tenía un cuaderno siempre a mano y escribía mi rabia y mi dolor, pero reconozco que a veces me llenaba de rabia, y de una terrible sensación de injusticia. Hoy, 7 años después, ¡puedo decir que estoy curada!

Muchísimas gracias por todo Mariela, ha sido un placer conocerte, y poder compartir unas palabras contigo. Un abrazo y hasta la próxima.

Un abrazo también para ti y para tus lectores. Muchísimas gracias por la entrevista. ¡Y hasta la próxima!

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