“Papa, quizás tú no te des cuenta, pero cuando me gritas, se me mueven tanto los cimientos por dentro que siento que algo se rompe dentro de mí.
El dolor de tripa y las ganas de vomitar que me entran son tan grandes que no soy capaz de mantenerme de pie, pero el miedo me paraliza y no me atrevo a moverme. Empiezo a temblar y a sudar, pero tú estás tan ocupado riñéndome que quizás no te das cuenta del daño que me haces, pero me caigo por dentro porque para mi, eres lo más importante, aunque ahora no te lo parezca.
Cada palabra tuya me importa, y cada vez que me gritas, dejas una cicatriz profunda en mi. Tu no la ves, pero yo la siento cada día. Por favor, te pido que pares. Busca otra manera. Eres mi padre, sé que puedes hacerlo. No me agredas, no me dañes.
No me hagas ir al cole pensando que no valgo nada o que soy un desastre. No lo hagas. No me dejes meterme en la cama pensando que soy el peor niño del mundo y que mi padre no me quiere. No lo hagas.
No pretendo molestarte cuando hago ruido, cuando se me olvidan los deberes, o cuando no te obedezco. No quiero hacerlo mal, pero soy un niño y aún tengo mucho que aprender. Por favor, enséñame, ayúdame a hacerlo mejor.
Necesito que me abraces, que me digas que me quieres y que sabes que lo puedo hacer mejor. Esas palabras papá, son las que necesito, las que me van a dar la fuerza y la seguridad para hacerlo bien, aunque ahora… quizás no te des cuenta.
No tardes mucho papá, porque estoy creciendo, y voy muy rápido. Antes de gritarme o de echarme algo en cara, por favor, para, y piensa que cada día importa. A mí me importa. Me importa ahora y me importará toda la vida.”
Pegar no es una opción, y gritar tampoco debería serlo, pues no deja de ser una forma de agredir que mina la autoestima del niño, y le hace sentirse vulnerable y situarse en un estado de alerta en su propia casa.
Gritar a nuestros hijos, obedece a una falta de recursos personales en los que una situación nos sobrepasa, como puede ser llamar a nuestro hijo para que se siente a la mesa durante varias veces sin éxito, derivando en un grito: “¡He dicho que a cenar!”.
Es necesario que reflexionemos sobre la falta de estrategias que propician y motivan el grito, pues habitualmente son situaciones cotidianas y repetitivas que pueden tener otras alternativas. Ser conscientes de que los gritos agreden el bienestar emocional de nuestros hijos, posibilita un cambio en nosotros, de modo que podamos canalizar la frustración que sentimos en este momento a un objeto o señal.
Establecer con nuestros hijos un canal de comunicación abierto en el que hayamos consensuado como sustituto al grito mostrar un cojín de forma simbólica, o hacer un gesto inocente y simple como entrelazar el dedo meñique de padre e hijo, no deja de tener una simbología que sustituye al grito, en la que el niño sabe que ha llegado al límite que no debe sobrepasar.
¿Qué se quiere decir con esto? Que no hay que gritarles porque daña, y que hay otras opciones, como por ejemplo; pactar con el niño que, para que sea consciente de que ha rebasado la barrera, y que tiene que reconducir su actuación, en vez de gritar se le va a hacer una caricia en la palma de la mano o en la mejilla mirándole directamente a los ojos. Es una forma de mostrarle estrategias alternativas, que si interioriza y aprende siendo niño, podrá aplicar en su vida, para que pueda prescindir de los gritos en sus relaciones futuras. Porque esta alternativa es un “creo en ti, sé que puedes hacerlo mejor”
Mostrar en la primera infancia el “camino” de los gritos, tiene el riesgo de desencadenar una escalada de poder en la adolescencia en la que los gritos, sean el “vehículo conductor” de nuestro día a día. Enseñar a nuestros hijos que hay alternativas a la agresividad, y que la irá y la frustración pueden canalizarse y no derivar en un grito, siempre es una opción acertada y saludable para su bienestar emocional y educativo.
¿Os animáis a cambiar esos gritos?
82 comentarios
Alucinada!!! Me has dejado de piedra!! Acepto el reto, no más gritos. Desde ya lo pongo en práctica
Hola Alazne!!
Todo es practicar. Un abrazo y mucho ánimo con el reto!!
Me encantan tus entradas. Mil gracias. Debemos cambiar muchos comportamientos para q los peques no las repitan en un futuro.
En nuestro caso en casa no hay gritos aunque hubo algunos momentos de estrés q trasladamos a los peques y que en otra situación no se habría dado. Me gustó eso de tener un cabal de comunicación abierto para momentos en los q nos puedan sobrepasar nuestras emociones.
Un saludo!!!
Hola Marta!!
Muchísimas gracias por tus palabras!! Tus hijos son afortunados de vivir en un hogar donde se les respeta y no se les grita. Un saludo!!
Bufff que fuerte!!! Que post tan chulo
Muchísimas gracias Flor de liss!!
Un abrazo!!
Te apoyo totalmente, gritar no sirve de nada, no conduce a nada y agrava los problemas. Además si te pasas el día gritando él hará lo mismo por mera imitación. Ahora lo difícil es mantener esto porque a veces los padres están tan cansados que no pueden pararse a dialogar y piensan que no pasa nada por gritar de vez en cuando… Mi peque es aún muy pequeño, y por supuesto, no he tenido necesidad de gritarle nunca, pero espero no tener que hacerlo jamás. Un abrazo y me ha encantado la entrada.
Hola Rosa!!
Muchísimas gracias por tu aportación!! Es cierto, muchas veces nos escudamos en el cansancio y la falta de tiempo para justificar los gritos. Sin embargo dañan, hieren, y el simple hecho de reflexionar sobre ello, invita y facilita un cambio. Un abrazo!!
Por cierto, Rosa es la creadora de Mamá y la tribu. A veces se me va la pinza y comento con mi nombre de pila. Un abrazo
Hola Rosa!!
Muy bueno el apunte, un abrazo!!
Ains pobres.. reconozco que si, alguna vez le he gritado.Y el pobrecito me viene a dar besos y me dice: mami eres buena? Que es su modo de decirme que si ya no me enfado y no le grito. Me ha pasado alguna vez, y se me parte el alma solo de pensarlo, y me avergüenza decir que a pesar de saberlo,lo he repetido.Y si, lo intentaré, y lo intento siempre, respirar, contar hasta 10 y olvidarme de los gritos.
Hola Sra. Jumbo!!
Ante todo, somos personas por lo que no es posible educar en la perfección porque son tantas las cosas que hay que tener en cuenta que es lógico que alguna se escape.
Lo importante es ser consciente de que los gritos dañan, porque eso nos hará reducirlos y con la práctica eliminarlos. Si contenerlos no siempre te funciona, quizás puedes probar a canalizarlos. Un abrazo y gracias por pasarte!!
Me ha gustado muchísimo esta entrada. Yo grito tanto y me siento luego tan mal…. Pero es que mi hijo tiene tela, aunque sé que eso no es justificación! Me ha gustado lo de establecer un código y voy a pensar que podría hacer que me sirva con ellos. Muchas gracias por los consejos, oye y sigo el blog que siempre encuentro cosas positivas por aquí!! Un beso
Hola Caro!!
Muchísimas gracias por tus palabras!! Es un buen apunte el de los sentimientos que nos genera haber gritado a nuestros hijos. Seguro que encontrais un código que os sea útil para canalizar los gritos. Practicando y buscando el adecuado, lo conseguiréis, un abrazo!!
Buenas noches! Como podemos canalizarlos si no logramos contenerlos? Me encantaría saber hacerlo tanto por mí como por mi peque para poder enseñarle una forma sana de liberar el enfado y los gritos.
Mil gracias!!
Hola Belen!!
Si es algo que te inquieta, vas por buen camino para conseguirlo. Te invito a leer el artículo que te adjunto. Creo que te ayudará con la pregunta que planteas. Si no es así, te animo a que me hagas la consulta de nuevo. Un abrazo y gracias por tu visita!!
/evitar-los-gritos-regalo-10-pautas/
No puedo estar más de acuerdo contigo y no podría haberlo contado mejor. Felicidades por el artículo . Ojalá llegue a mucha gente! Un saludo!
Hola!!
Muchísimas gracias por tu comentario y por pasarte, un abrazo!!
Hola!!!! Qué interesante!!!! Yo siempre he intentado no gritar, tal vez porque a mí no me gritaron y no me parece la solución. En su momento no le daba demasiada importancia pero ahora veo que hice bien porque en la adolescencia los problemillas típicos de la edad se han podido solucionar sin gritos. El otro día mi vecina me lo dijo, me comentó que muchas veces oye gritar a la otra mami del edificio y a nosotros nunca nos escuchó gritar, enfados de niños y rabietas sí, claro, fueron niños, pero mis gritos no se oían.
Confieso que no es fácil y a veces hay que contar hasta 10 y hasta 20,jajaja.
Un besito.
Hola Marigem!!
Muchísimas gracias por pasarte y por compartir tu experiencia!! Efectivamente, si en la infancia enseñamos la dinámica del grito a nuestros hijos, no debemos pretender que pasemos su adolescencia sin ellos. Cultivar hoy para recoger mañana, es bueno. Un abrazo!!
Una gran verdad .ay que educar con paciencia y amor .tambien imponiendo limites pero sobre todo diciendoles cada día te quiero y besos y abrazos .tengo la grandisima suerte de que mi hija me dice muchas veces al día que me quiere y yo se lo digo a ella. Ahora estoy embarazada así que tendré dos regalos en mi vida aparte de mi maridoqud también es un regalo. Gracias. Por compartir esta publicación. Ayuda a pensar y a ponerse en el lugar de los niños
Hola Eva Maria!!
Efectivamente es bueno marcar los límites, pero es aún mejor hacerlo desde el afecto y el cariño y no desde la agresividad, que no sólo no es necesaria sino que es dañina.
Seguro que tu hija te escucha decir muchas veces que le quieres, y por eso ella también te lo dice a ti. Qué bonito!! Disfruta del embarazo, que se pasa enseguida, y de tus tres “regalos”. Un abrazo y gracias por tu comentario!!
Está muy bien y muy acertado todo.
Pero me temo que quizá la redacción manda un mensaje equívoco el decir sólo papá y nunca mamá. Los papás se equivocan y gritan; las mamás también.
quizá sería bueno si pudieras reescribir el post en este sentido.
Hola José Ángel te agradezco un montón tus aportaciones, es cierto que algunas madres también lo hacen, por eso permíteme que te copie lo que pone al final de todos los post que hago en todo el Blog “El lenguaje utilizado en el Blog no pretende hacer distinciones ni discriminaciones de género. Simplemente se utiliza indistintamente el masculino o el femenino con el fin de facilitar la lectura y no perder la esencia de lo que se quiere transmitir”.
Gracias de nuevo y bienvenido las veces que quieras.
Hoy lo he estado hablando con mi marido, él tiene una voz fuerte y cuando regaña al niño a veces parece que está gritando como un loco. Yo a veces si que le he gritado y después me siento fatal, me pongo de rodillas a su altura y ya le explico lo que está mal… ahora solo nos queda al papi hablar más bajito y a mí no gritar y pasar directamente al diálogo, estamos en ello ? con tu permiso comparto
Hola Mari Carmen!!
Un apunte muy acertado, pues efectivamente, las voces masculinas, al ser más fuertes, tienden a causar más impacto que las femeninas ante una misma actuación.
Lo positivo, es darse cuenta del modo en que nos dirigimos a nuestros hijos, para poder efectuar el cambio cuando sea necesario.
Estáis por buen camino, y con práctica y motivación, seguro que lo conseguís, pues hablarlo con la pareja y contar con su apoyo y colaboración ayuda. Un abrazo y gracias por tu comentario!!
Comprendo tu planteamiento, pero en periodismo a veces se hace una pregunta irónica: ¿alguien llegó alguna vez al final del artículo? Y ni siquiera está al final, sino después, una vez acabado.
Se que tu intención es muy buena y la comparto, pero en mi opinión hubiera sido más acertado en este caso usar ese plural que usamos tanto con los niños: “papás”.
Muchas gracias por tu sugerencia y por compartir le fondo del artículo. Un saludo.
Excelente artículo, Izaskun!!! Deberían leerlo todos los padres del mundo!!! Mucha gente no comprende el daño que los gritos les hacen a los niños!!! No comprende que los gritos y las palabras hirientes son tan dolorosos como los golpes… Y a veces más!!!
Mi esposo y yo tuvimos una niñez muy feliz: fuimos criados sin golpes ni gritos!!! Y ahora que somos padres, estamos criando a nuestras hijas sin golpes ni gritos. Queremos que ellas también tengan una niñez muy feliz!!! Un fuerte abrazo!!!
Hola Karol!!
Qué maravilla para tu familia, y especialmente para tus hijos, que viváis en un hogar en el que la crianza se entienda desde la palabra, el afecto y el respeto. Un abrazo y gracias por tu comentario!!
Muchas gracias por tus aportaciones,desde hoy voy a comenzar ya que yo grito mucho y después me siento muy mal,y tengo que cambiar por que al leer el post me quería morir de tristeza…. Gracias y mil gracias!
Hola Ana Belén!!
Siento que la tristeza te haya invadido al leer el artículo, pero es quizás porque has conectado de forma directa con la emoción que sientes cuando utilizas el grito como recurso.
Ese sentimiento, es el motor que te hará cambiar de actitud, para que en el día a día te sientas mejor y más satisfecha contigo misma y tu modo de hacer.
Te mando un fuerte abrazo, y te animo a que compartas cualquier cosa que necesites y te pueda ayudar a generar ese cambio!!
Hola buenas tardes me encanto tus palabras voy a ponerlas en practica ya que aveces grito mucho mas porque tengo a mi nena de 6 años que se come el pelo ya fui a todos lados médicos psicólogos curanderos y no se le va la ansiedad de arrancarse el pelo y comérselo y eso me frustra como madre y le termino gritando no se como ayudarla espero utd sepa un beso grande gracias
Hola Eugenia!!
El caso que cuentas es muy específico, y requeriría pautas concretas. En cualquier caso, y a grandes rasgos, ten en cuenta que los gritos no favorecen porque no es algo que haga de forma consciente o a propósito.
En los momentos en los que veas que está haciéndolo, es más efectivo no verbalizar la conducta que te gustaría eliminar, pues ayuda a fijarla, sino proporcionarle distractores que le mantengan las manos ocupadas en ese momento. Es una forma más sutil y eficaz de ayudarle, pues el impacto emocional en los niños que tienen este problema no es pequeño.
Mucho ánimo y un gran abrazo para que le podáis ayudar!!
Muchas gracias por el consejo voy a poner en marcha para hacer de mi hija una mejor persona en el futuro
Hola Oliver!!
Enhorabuena!! Seguro que lo consigues, un abrazo y gracias por tu comentario!!
Muchas gracias por estos consejos… Trabajaré duro en ello!!!
Hola Vanessa!!
Me alegro, un abrazo y gracias por tu comentario!!
el grito, como el silencio, como el diálogo, como el llanto, como la risa, como cualquier otra estrategia comunicativa puede ser útil en algunas circunstancias, no una estrategia al uso, sino de uso en situaciones concretas, porque unas se pasan la vida diciendo que no hay que gritar y yo me paso la vida diciendo a personas que reciben gritos y callan que a lo mejor hay que posicionarse y responder en un código que la otra persona entienda, para acabar con una situación de violencia. Gritar no tiene que se LA estrategia, pero una mas para quienes no entienden el diálogo si, para poner fin a situaciones dolosas con un ¡¡basta ya!!, todo existe en el mundo para ser usado, lo negativo es usarlo mal.
Hola Rosa!!
Evidentemente, estoy hablando del grito por sistema, por reproche, por la frustración de quedarnos sin recursos. Estos gritos dañan.
Aquellos que pueden prevenir un accidente con un “cuidado!”, son siempre bienvenidos. Un saludo y gracias por tu comentario!!
Lo intentaré, bueno no lo llevare a cabo, mi peque tiene solo un año, pero no quiero que se sienta asi.
Hola Carmen!!
Me alegro muchísimo, seguro que lo consigues. Un abrazo!!
Uy! No se si se hace asi, perdon
Ni te preocupes!! 🙂
mas o menos de acuerdo en todo excepto en eso sustituir el grito por enseñar un cojin o hacer una caricia (falsa). es mas sencillo, mucho mas: se trata de RESPETAR a los niños. tan sencillo pero a la vez tan revolucionario porque en nuestra cultura la educacion se ha identificado con la “doma” y el amaestramiento de los niños. criandoles para ser adultos obedientes en vez de libres. y si el respeto no se aprende de niño, de mayor se buscara el abuso.
Hola David!!
Es cierto que hay aprendizajes que deben de hacerse en la primera infancia. Sería ideal no tener que pensar estrategias alternativas al grito, pero actualmente está instaurado en muchos hogares, y para generar el cambio, a veces la reflexión y concienciación no son suficientes por si solas. Muchísimas gracias por tu comentario, se agradece, un saludo!!
empezare a darle duro me keda in bien trabajo por delante porke soy muy gritonaa…. teengo una tremenda llorera desde ke he leido el articulo y cuanto mas lo leo mas lloro… mas pena siento de mi misma… ke patetica soy… gracias gracias y mil gracias por este articulo ke ha exo ke mi cabeza este echando humo ahora mismo… en estos momentos estoy enfaddada muy enfadada conmigo misma…. un saludo Desde Asturias y de nuevo GRACIAS
Hola Noelia!!
Entiendo tus lloros desde el disgusto. Desahogarse es bueno, pero no te martirices, que no ayuda. Piensa en positivo, habla con tus hijos y ten paciencia y constancia para hacer un cambio. Ya has hecho lo más importante, que es darte cuenta así que seguro que lo consigues!! Un abrazo y gracias por tu comentario!! Bonita tierra!! 😉
Esta bastante bien el post pero me gustaría matizar algunas cosas, no todo van a ser alabanzas. Primero comentar, como ya se ha hecho, que no solo gritan los papas tambien las mamas, segundo, gritar esta mal es cierto pero igual de mal esta sobremimar a los hijos, no digo que este post lo indique, pero hay que tener cuidado ya que se puede pasar de gritar a no hacer nada o que el niño no entienda ese pacto propuesto (los niños con dos o tres años sobre todo) lo que hace que el niño crea que todo vale, y luego nos demos cuenta a sus 15 años de que esta un poco malcriado, quizas no gritos pero tonos de llamada de atención son necesarios. Un saludo
Hola!!
Efectivamente existe el género femenino y masculino. Por ello, después de cada artículo pone lo siguiente: “El lenguaje utilizado en el Blog no pretende hacer distinciones ni discriminaciones de género. Simplemente se utiliza indistintamente el masculino o el femenino con el fin de facilitar la lectura y no perder la esencia de lo que se quiere transmitir.”
El grito no es necesario, pues se pueden poner límites hablando con firmeza y rotundidad y utilizando estrategias alternativas. Es cuestión de practicar y de lograr un mayor autocontrol en las situaciones que nos sobrepasan. Un saludo y gracias por tu aportación.
Lo que no llego a entender es como vas a dialogar con un niño que por su edad no distingue lo que está bien o esta mal, a no ser que vea la reacción que puede provocar. Gritar por el simple hecho de que algo este mal, implica una falta de comunicación entre el adulto y el niño, que supondrá una respuesta simitar y recíproca, provocando una falta de respeto continua por ambas partes. No hay que confundir un mensaje de atención con un mal llamado grito, o educar a imponerse pero hay que recordar que somos personas y que aprendemos a la par que nuestros hijos y, por tanto, no hay una fórmula perfecta tal y como describes.
Hola Euge!!
El diálogo sirve para cualquier edad. Que un niño de 9 meses no sepa hablar, no implica que no entienda lo que le decimos. No sólo el diálogo les muestra lo que es correcto de lo que no, sino también nuestros actos.
No es necesario gritar para que entiendan que la mermelada no se extiende encima del sofá, sino explicarles que si el sofá se mancha de mermelada, estará sucio, y no nos podremos sentar. Esa es una acción – reacción, con una respuesta positiva por nuestra parte.
Como bien dices, los gritos, generan más gritos, y una situación de agresividad verbal en escalada. Comparto contigo el hecho de que la maternidad, es un aprendizaje continuo. Un abrazo y muchas gracias por aportar!!
Claro que el grito soluciona pocas cosas. Pero es imposible que de vez en cuando no se escape alguno.
Y a mi me gritaron, pero por algún motivo y a pesar de ello, nunca deje de sentirme querido,seguro y protegido.
Nunca me he resentido por ello.
Hubo millones de gestos amorosos , de realidades amorosas que hicieron insignificante lo que de desagradable pudiera haber en ciertos momentos.
Aquí estoy para contarlo.
Hola Jose!!
Es cierto que somos personas, lo que implica que en ocasiones podemos actuar de forma mejorable. Es positivo ser conscientes de ello para poder reparar esos momentos. Muchas gracias por tu aportación, un saludo!!
He corregido mi email
Preciosa aportación a la educación. Que nos encontremos en una sociedad tan violenta no solo proviene de los golpes (el deplorable “culo culo culo”), sino de gritos que llenan las casas de dolorosas cacofonías donde nadie entiende a nadie. El control de la ira es complicado, sobre todo para aquellos a los que los han instruido en la obediencia y el castigo, pero textos como este ayudan a pensar de otra forma a gente que quizá no se lo habría planteado. Gracias.
Hola Miguel!!
Muchísimas gracias por tus palabras. Ojalá sirva para que los gritos disminuyan en muchos hogares. Un abrazo!!
Excepcional artículo. Acuerdo total. Solo una reflexión: esto hay que hacerlo extensivo a los maestros. Nuchísimos de ellos quieren imponerse a gritos, pedagogía cero.
Hola Graciela!!
Un apunte muy bueno por tu parte, pues los gritos dañan, especialmente si provienen de adultos de referencia para el niño. Un abrazo y gracias por tu comentario!!
Imaginemos si en un hogar se grita a los niños y luego continúan los gritos en el colegio. Todo el día gritos, esos niños, cuando sean adultos tendrán incorporada la cultura del grito como argumento y lo verán natural. Resultado desastroso para su higiene mental
Hola Graciela!!
Para la suya y para las personas que les rodean, es cierto. Un abrazo!!
En mi Familia se usa llamar por el segundo nombre o por los 2 nombres, por ejemplo a mi me dicen Nena, cuando Mamá estaba enojada me decía Maria Elena.
Yo a mi sobrina le digo Kathy, pero cuando era pequeña y quería que me obedeciera le decía Denisse, que es su segundo nombre. Ella sabe que aun hoy cuando ya es adulta si lo uso es porque algo anda mal.
Hola Maria Helena!!
Muchas gracias por compartir tus estrategias con nosotros, seguro que hay personas que las utilizan. Un abrazo y gracias de nuevo!!
Hola Izaskun! He leído tu entrada y he sentido tantas cosas que no sé por dónde empezar. Partiré con una pregunta, ¿de dónde has sacado la idea que esos gritos influirán para toda la vida?… pues creo que tienes mucha razón. De pequeño mi aita me gritaba y, a veces, hasta los golpes llegaba. Y con esto, paso a la primera sensación que tuve al leer la entrada: Pena profunda y recuerdos de infancia perdida, que han repercutido para toda mi vida. Pena al recordar esa garganta seca y ganas de llorar ante la impotencia de verse tan pequeño y necesitar tanto de esa persona que regañaba según su estado de ánimo o según lo que el decidiera que era la verdad absoluta, siendo él mismo juez soberano sobre ella. El niño no tiene las mismas herramientas que el adulto para lidiar con una expresión de frustración, rabia o enfado, como lo es el grito. A mi me ha repercutido esto toda la vida y he sabido perdonar, pero las cicatrices quedan. Gracias por ser la voz de los niños sin herramientas y por enseñar a criar con amor.
Hola Txisko!!
Siento mucho que hubieras convivido con gritos de niño. Quiero pensar que hay quien aún no sabe lo que dañan, y que por eso los utilizan. Estoy segura, de que para perdonar, y curar tus heridas, has hecho un trabajo personal de los buenos, que te hará esforzarte cada día cuando seas padre para idear alternativas que te permitan educar a tus hijos de otra manera.
Mi trabajo me ha posibilitado tener contacto en el tiempo con diversos tipos de familias, y modos de hacer, y he sentido una evidencia tan grande de que dañan y de la poca conciencia que tienen de ello quienes los utilizan, que no tengo ninguna duda de que es así.
Muchísimas gracias por ser valiente y compartir tu experiencia, un abrazo!!
Buenos días
Nuestro hijo tiene 5 años y tiene sus momentos de rebeldia
La pregunta es cómo decirle que esa actitud no le lleva a ningún sitio , llamar las cosas por su nombre ya que es un acto de rebeldía y no etiquettarlo como rebelde
Hola Marina!!
A veces los cinco años, implican una etapa de reafirmación, en la que nos ponen a prueba para ver si vamos a seguir queriéndoles de forma incondicional, a pesar de que hagan cosas que no nos parecen correctas.
Algún ejemplo gráfico habría estado bien para poder valorar qué tipo de situaciones consideras que son de rebeldía, pero a grandes rasgos, ser un modelo para ellos, y explicarles mediante nuestros actos y palabras pacientes puede ayudar. También podemos reconducir sus actitudes de forma subliminal, a través de los cuentos de “voz”, en los que utilicemos refuerzos con los personajes. Es una forma que les ayudará a entender qué conductas son adecuadas y cuáles no. Si con esto no es suficiente, podríamos hacer incluso algún teatro con marionetas, para evidenciar de forma clara las conductas no deseadas. Hay numerosos recursos que puedes utilizar, pues esta en una edad bonita para trabajar estos aspectos. Hay varios artículos dentro del Blog, que creo que te pueden ayudar a mejorar lo que planteas. Espero haberte ayudado, un abrazo!!
Me parece algo super bonito e idílico, pero cuando es no a todo lo que dices, cuando se queda tumbado y no quiere oir, cuando no se deja ayudar. Que haces? Todo tiene su limite, y ojalá supiera hacerlo mejor, pero ni mi tiempo, ni mi paciencia, ni mi hijo ayudan. Para ojos de algunos seré un mal padre, pero no sé hacerlo mejor, intento todos los días ser un buen padre, pero eso es más complicado de lo que se escribe aquí.
Hola Ricardo!!
Quien da lo que tiene, no está obligado a más. Ser padre, no es fácil. Nuestros propios límites y recursos, se ven desbordados en muchas ocasiones, es algo implícito en la paternidad, aunque no siempre se cuenta.
Veo que eres un padre responsable, y si crees que puedes mejorar la relación con tu hijo, estoy segura de que encontrarás el modo mediante la formación, la lectura, el trabajo personal o la propia experiencia vital y motivación por mejorar.
Cuando dices que se queda tumbado y no quiere oír, intuyo que hablas de un adolescente o preadolescente, ya que, es un rasgo típico. Probablemente, desde su propio malestar emocional, tenga ese tipo de reacciones. Te animo a que compartas tiempo con él, con algún hobby común, que ayude a mejorar esos delicados momentos. Un abrazo y mucho ánimo, que seguro que también hay momentos buenos!! Gracias por tu comentario!!
Me da tanta pena al leer este articulo, dolor a la vez verguenza por que gritoa mi pequeñito hijo de 2 años y medio,soy un bruto,me pongo a llorar saber que lo estoy dañando emocionalmente,llegando a casa le pedire perdon,y asumire el reto,ya no quiero gritar mas