“No me violaron por ser guapa. Tampoco me violaron por la ropa que llevaba o por ser respetuosa con los demás. Ni siquiera me violaron por haber tomado un par de copas o por haber roto con mi ex.
Me violaron porque sí, porque son delincuentes, porque no respetan, porque agreden y porque disfrutan haciendo daño y viendo el dolor en las personas. Me violaron porque les apeteció, porque eso les hace sentir bien, porque quisieron romperme por dentro y por fuera tantas veces que tuve que dejar de contar. Me violaron para matarme en vida y me dejaron viva para que tenga que vivir con ello.
No busques un por qué en mí. No lo busques porque no lo hay. No hay ninguna excusa ni justificación para dañar, herir o marcar a alguien. Primero pensé en callar, pensé en morir, pensé… tanto… Pero hoy lo tengo claro: yo no soy la agresora, ni soy la única, soy la agredida, así que no me cuestiones, no desconfíes y sobre todo… no busques un por qué en mí, porque no lo hay, porque una víctima, nunca es responsable del daño que ha recibido”.
Cada año miles de niños y niñas son agredidos sexualmente, escudando y justificando la violación de derechos humanos, la sumisión o la esclavización sexual con motivo cultural, social o personal. Detrás de un abuso sexual continuado, hay una persona o una institución que no protege y perpetúa.
A veces podemos tener la sensación de que son cosas que ocurren lejos de nosotros y que vivimos en otra realidad en la que no suceden estas cosas. Sin embargo, cada país, cada ciudad, cada pueblo es susceptible de que pase, no sólo pasa en Brasil o en la India, sucede aquí, y es necesario que generemos conciencia social y que estemos alertas y despiertos ante posibles casos de abuso, de manipulación, de negligencia, de maltrato, no dudando en denunciar a las autoridades cualquier mínima sospecha para que la investiguen.
Está en manos de todos poner los medios para que la detección precoz sea posible, basta con observar, fijarse y no mirar a otro lado ante lo evidente. Muchos tenemos vivencias que nos vienen a la mente de alguna conducta inapropiada vivida o percibida en el parque o a la salida del colegio.
Debemos tener en cuenta que se trata de niños, que son vulnerables y que en muchos casos, los padres o lo desconocen o lo consienten, por lo que hay una labor social que debe dejar de estar latente y obviar intereses personales en beneficio de los niños que necesitan de nuestra ayuda y nuestra solidaridad.
#TodasSangrando
6 comentarios
Ufff. Que dolor. Me has hecho llorar. Voy campartirlo con el hastag #TodasSangrando.
Hola Nerea!!
Duele pero pasa. Gracias por tu comentario y tu sensibilidad, un abrazo!!
Los pelos de punta… qué triste realidad. Así es, por desgracia.
Triste, dura y real. Aún hay mucho que hacer para que la prevención se haga efectiva y para que la detección sea rápida y se puedan tomar medidas. Un abrazo y gracias por tu visita!!