Una escena que viene siendo recurrente en los parques, es esa en la que un niño se tropieza, y su madre le dice aquello de: “¡Pero mira que eres torpe!, ¿no te he dicho mil veces que no subas ahí?, eres un desobediente”. También es frecuente escuchar a dos madres hablar de sus hijos como si estos no estuviesen presentes con frases similares a: “El mío duerme fatal, es nerviosísimo”, mientras la otra habla del suyo en términos como: “A mí me desespera por las mañanas… ¡Es más lento!”.
El modo en que nos referimos a nuestros hijos, ha ido mejorando con los años, pues cada vez somos más conscientes de sus necesidades emocionales y de cómo nuestras actitudes condicionan su bienestar. Sin embargo, el lenguaje y el tono que utilizamos es algo que aún debemos cuidar y mejorar, pues es determinante en su salud emocional.
En la vida parental, hay momentos en los que sentimos que la situación nos supera o nos desborda, bien sea por la escasez de tiempo, por la saturación de tareas o por falta de recursos ante una determinada actuación de nuestro hijo. En cualquier caso, son momentos puntuales en los que se nos va “agotando” la paciencia y tendemos a responder de forma mejorable.
La personalidad de nuestros hijos, engloba dos matices: el temperamento, que viene determinado por cuestiones genéticas, y el carácter. Este último no sólo se va formando en la infancia sino que se aprende. Por tanto, la manera de ser de las personas, está influenciada directamente por el tipo de trato que se reciba, especialmente en la infancia.
Este es un motivo de una importancia tan grande, que debemos de prestarle la atención que se merece, y pensar que cuando hablamos y nos relacionamos con nuestros hijos, estamos “pintando en un lienzo en blanco”, y dependiendo la tonalidad que utilicemos, el “dibujo” será de diferente color.
El cuerpo tiene memoria, y el modo en que nuestros seres queridos nos “definen” en la infancia, va dejando huellas que condicionarán nuestro carácter, y por tanto, nuestra personalidad, así como, nuestra autoestima, nuestro autoconcepto y por supuesto nuestra inteligencia emocional.
El hecho de que nuestros padres, que son las personas que más nos deben de querer y a las que especialmente en la infancia, más admiramos, piensen de nosotros que somos lentos, desobedientes, torpes, revoltosos, egoístas, irrespetuosos, introvertidos, vergonzosos, que dormimos mal…y que además lo verbalicen, hará que crezcamos pensando que somos así y que ese tipo de rasgos sean los que nos acaben definiendo.La realidad es que decir a nuestros hijos de forma constante el aspecto que queremos “mejorar” de ellos, lo que hace es fijarlo en la personalidad del niño, por lo que, unos padres que le repitan a su hijo que es un egoísta, tendrán muchas posibilidades de que acabe siéndolo.
Tener en cuenta el bienestar emocional de nuestros hijos, implica entender y respetar sus sentimientos y su forma de ser. Para ello, es necesario que nos dirijamos a ellos en tono positivo y no despectivo ni a modo de reproche o critica. Siempre es preferible halagar lo bueno que señalar de forma directa los aspectos a mejorar. Se puede decir lo mismo dañando y marcando negativamente el carácter: “Pablo, eres un desordenado, recoge tu habitación “, que de forma positiva: “Pablo, hay que recoger la habitación para que esté más ordenada”.
Respira. Respira para vivir, y respira para pensar. Y ante la duda de si la forma de dirigirte a tu hijo, es la correcta, vuelve a respirar contando hasta diez. Y si aún persiste, pregunta, pero no le dañes. No debemos avergonzarnos de pedir ayuda para solventar las dudas, inquietudes y dificultades de la paternidad, sino sentirnos orgullosos de ellas porque nos harán mejorar como padres repercutiendo de forma positiva en la calidad de vida de nuestros hijos.
¿Y a ti… te surgen dudas?
12 comentarios
Ni en navidad descansas? jejeje. Me pongo al día en unos días, que voy a tope. Feliz navidad 😉
Hola Sra. Jumbo!!
Gracias por la visita. En las vacaciones escolares los niños pasan más tiempo en casa. Si se puede ayudar un poco bienvenido sea. Un abrazo y feliz Navidad!!
Pues claro que me surgen dudas!!!!! Un montón!!! Sobre todo en situaciones difíciles de controlar o de manejar o cuando una está agotada o enferma o en plena crisis laboral o de pareja y tiene sus propias emociones a flor de piel… En cualquier caso, siempre intento respirar y recordarme a mi misma que mis hijas no hacen nada a mala idea, que son niñas, que están aprendiendo y que yo más que nadie debo ser su ejemplo. Procuro no hacer comparaciones entre ellas del tipo: mira que bien come tu hermana, y similar y reñir siempre en positivo y ofreciendo alternativas: no puedes ver más dibujos pero vamos a leer un cuento… A veces (muy pocas) les grito y luego siempre me disculpo con ellas y les pido perdón. Ojalá los niños nacieran con manual pero a falta de eso buenos son los consejos.
Gracias!!!
Hola!!
Tener dudas es sano y positivo, pues es señal de que te cuestionas cosas, y eso nos hace mejorar en nuestra faceta maternal. Por lo que cuentas, eres muy consciente de lo que es una crianza respetuosa, aunque como bien dices, muchas veces nuestras emociones condicionan nuestra respuesta ante acciones de nuestros hijos. Es un tema que tengo pendiente pero que llegará. Un saludo y gracias por la visita!!
Hola! es la primera vez que leo tu blog, gracias a mi hermana, que nos mando un articulo referido al daño que podemos hacer a nuestros hijos al gritarles. Yo normalmente he sido partidaria de no llegar al grito para tratar situaciones criticas con mis hijos. Pero últimamente mi hijo de 6 años me lo está poniendo muy difícil. Le repito las cosas cuarenta veces y en cuanto me doy la vuelta está haciendo justo lo que le acabo de decir que no se debe hacer. Casi la mayoría de los días acabo enfadada con él, porque ha tenido una rabieta a la salida del cole, porque una amiguita no le ha traído un cuento que había prometido traerle, porque salta reiteradas veces en el sofá a sabiendas que se le ha advertido que está mal, porque se puede hacer daño su hermana (que tiene tres años y le imita en todo), y porque hay que cuidar las cosas de casa. O como ayer que le pille subido en la estantería de la habitación, y su juego era saltar desde ahí al suelo como si estuviera en la parque. Y acabo gritando….. y sé que está mal, pero no sé como actuar ante esta actitud de rebeldía, o desconozco qué es lo que mi hijo intenta indicarme con esta actitud….. En fin trataré de respirar mucho……. e intentar recuperar mi paciencia.
Hola Laura!!
Habría que saber algún dato más como si has observado un cambio de actitud reciente, si la búsqueda de límites constantes coinciden con el inicio de escolarización en un nuevo curso, etc.
A grandes rasgos te diré, que hay muchos niños a los que alrededor de los seis años les sucede algo similar. Algunos se sienten autónomos para tomar sus propias decisiones, otros buscan llamadas de atención, otros quieren probar si nuestro cariño es realmente incondicional…
Puede haber varios factores. Hay cosas que ayudan, como proporcionarles lo que necesitan. Por ejemplo, si ves que está saltando en el sofá, es probable que esté necesitando una actividad donde “desfogar” y canalizar las emociones que está sintiendo por lo que si intentas “reprimirlo” no dejando que lo haga, es posible que se genere un nuevo conflicto, ya que aún no ha liberado esa “energía”. Sería más adecuado reconducirla, llevándole por ejemplo a dar saltos y volteretas en la cama hasta que haya regulado las emociones. De ese modo, debería ser más sencillo poder hablar después con él o que estuviese más receptivo si le cuentas un cuento que te pueda ayudar con el momento que está pasando.
Piensa que es una fase que pasará, toma aire que lo vas a conseguir. Espero haberte podido ayudar. Un abrazo!!
Gracias Izaskun por tu respuesta y por tu ayuda. La verdad es que tu blog ha sido un descubrimiento para mí. Nuestra historia la verdad es que es larga (no quiero monopolizar el blog). Si que mi hijo se puede definir a muy grandes rasgos en muy inquieto y muuuuuuy fantasioso. Tiene dos actividades extraescolares a la semana futbol (2 días en semana), que no le gusta pero su padre y yo hemos decidido que vaya hasta Junio (es largo de contar), y natación (1 día en semana), que si le gusta. Casi nunca juega con sus juguetes, prefiere dedicarse a correr por el pasillo con su hermana e imaginar que están en el País de las Maravillas, jajaja. Si que por ejemplo, le encanta dibujar. Puede estar tranquilamente dibujando bastante tiempo, sobre su mundo, lo que más le gusta, su mundo de princesas y magia, jajaja. de hecho ya tiene claro que va a ser actor y director de cine.
Si que he notado que se muestra mas desobediente desde que ha empezado primaria. Quizas porque ahora es todo más trabajar que jugar, sus primeros exámenes, sus primeros deberes. Su tutor me comenta que en clase es inquieto y le cuesta concentrarse, y ha decidido sentarle cerca de él para tenerle más controlado. Pero los resultados este primer trimestre no han sido malos.
En fin, comentarte que ayer por la tarde RESPIRE y nos fue muy bien. Regresando a casa me pregunto si se podía desabrochar el cinturón de seguridad durante la conducción. Por supuesto que le dije que no, que hasta que no aparcara el coche. Pues lo hizo. Pare el coche donde pude, y se lo volvi a abrochar, y le castigue si ver un video que quería ver un vez que terminara los deberes. Por supuesto, grito, renegó, trato de convencerme de todas las maneras para que se lo levantara, yo fui firme. Llegamos a casa y se tiro al suelo llorando. Le cogí y le abrace hasta que se le paso. Sentí durante el abrazo, que mi hijo lo necesitaba…. no se como explicarlo. Se le paso, y pudimos hablar y razono. Después de eso termino su tarea y como recompensa jugué con su hermana y con el al escondite (juego que escogió él). NO GRITE, NO ME ENFADE, Y LO MAS IMPORTANTE, NI EL NI YO NOS SENTIMOS MAL. Muchas gracias
Hola Laura!!
Me alegro muchísimo!! Es un gran paso!! En la educación de los hijos no hay varitas mágicas, por lo que es mejor ir dando pasos, aunque sean pequeños pero seguros.
No conozco a tu hijo, por lo que me baso exclusivamente en lo que me cuentas. Me da la sensación de que tu hijo tiene un tipo de inteligencia corpóreo cinestésica. Haré un post más adelante, pero si quieres investigar un poco sobre Howard Gardner, es posible que te guste.
En cualquier caso, explicaría por qué tu hijo disfruta con el dibujo, necesita movimiento, no le gusta el fútbol (pues requiere una estructura que ahora no necesita) y en cambio si le va bien la natación, en la que puede imaginar y ser él mismo. Lo mismo le ocurriría según eso con la escalada, deporte con el que probablemente se sentiría bien, porque tendría que pensar diferentes rutas y recorridos utilizando manos, movimiento e imaginación de forma conjunta. Quizás te apetezca leer un post sobre ello /extraescolares-decido-yo-tu-tiempo-libre/
En cualquier caso, te felicito de nuevo porque tu misma has visto que lo puedes hacer, y estoy segura de que lo consigues. Te mando un fuerte abrazo y mi enhorabuena por los progresos!!
Muchisimas gracias de verdad, estoy muy contenta de haber contactado contigo.
Me he leído todos tus post, el de las extraescolares también. Lo del futbol, realmente fue una petición de él porque iba su mejor amigo, y no sabia lo que era. Hablamos con el entrenador y estuvo probando. Mas tarde antes de abonar tasas y equipación su padre y yo le preguntamos que si quería seguir viniendo, y nos dijo que si (en el fondo su respuesta creo que vino por pasar mas tiempo con su amigo), le dijimos que si seguía tenia que comprometerse, pero ahora es cuando realmente le pesa su decisión, no se siente cómodo en el equipo. Su padre y yo pensamos que lo correcto es que continúe hasta Junio para hacerle ver que si se compromete tiene que cumplir (o estamos siendo muy duros?).
De todos modos gracias, en cuanto a lo de la escalada, has dado en el clavo, lo habíamos pensado su padre y yo, pero aquí donde vivimos las clases en el rocódromo empiezan a edad mas avanzada, pero no lo descartamos para más adelante.
Una vez mas gracias, investigare sobre Howard Gardner.
Un Saludo,
Laura
Hola Laura!!
Muchísimas gracias por tus palabras!! Sobre la continuidad en el fútbol, en principio parece una decisión consecuente, ya que, lo habéis hablado previamente con él. Sin embargo, el curso escolar puede hacerse largo a esta edad, y vosotros podréis valorar desde la cercanía el impacto que tiene en vuestro hijo. Si consideráis que acudir le está afectando de forma negativa, es el momento de parar, y si no está siendo así, ya tendrá tiempo de probar cosas que vayan más con él.
Me alegro mucho de que te esté sirviendo el contenido que lees, un abrazo!!