Estoy embarazada y quiero comprar una silla de paseo para mi bebé. ¿Podrías recomendarme alguna?
Cuando vamos a tener un bebé, dedicamos un tiempo precioso a buscar y comparar para poder valorar cuál es la mejor opción. Lo hacemos con las cunas, con las sillas para el coche, con las de paseo… y prácticamente con todo, para asegurarnos de elegir bien.
Puede ocurrir que no encontremos la silla perfecta, porque tendemos a buscar una en la que el bebé vaya cómodo, que pese poco, que se pliegue bien, que no sea cara… A veces no encontramos nuestra silla ideal y tomamos la decisión sacrificando alguna cosa en la que inicialmente habíamos pensado.
¿Cómo debería ser la silla de paseo si busco una educación emocional?
Debería ser una silla que anteponga el bienestar del niño al mío propio. Una silla, que en ningún caso sacrifique la opción de poner al bebé a “contra marcha”, es decir, de cara a quien le lleva. Los bebés necesitan tener contacto visual con su madre prácticamente de forma constante. Un bebé que no ve a su madre, es un bebé que piensa que su madre no está.
Esto podría repararse en cierta manera si mientras la usásemos, le tocásemos, le hablásemos o le cantásemos de forma frecuente -por no decir constante-. Valora bien si es algo que vas a hacer, en cuyo caso, también puedes hacerlo si tu hijo te está mirando, que es aún más beneficioso para él.
Si queremos cuidar su bienestar emocional, también debería ser una silla que permita colocarle en posición totalmente horizontal, o al menos al 90%, de modo que si se duerme, pueda hacerlo en una postura cómoda y con espacio para favorecer la movilidad -dentro de lo posible-.
También debería ser una silla con una amortiguación correcta, que no haga ir al niño de un lado a otro cada vez que hay un bordillo o un bache. Y debería tener una burbuja para los días que llueve, que sea transparente, holgada y que tenga una pequeña ventana de forma que no haga efecto “iglú” y vaya “embutido”. La ventilación es importante.
¿Hasta cuándo la “contra marcha”?
¿Por qué poner fecha? Los niños necesitan ver la cara de su madre para poder tomar referencia de las cosas, para poder pedirle ayuda si un desconocido se les acerca, para sentir seguridad, para estar tranquilos, para conectar con su persona de referencia, con su casa, para dormirse felices mirando a su mamá y no un escaparate o a un desconocido.
Los niños cuando van en silla, necesitan ir a “contra marcha”. Tienen toda la vida para rodearse de otros estímulos. Mientras aún van en silla, el mejor estímulo eres tú.
Las sillas de paseo están bien cuando se usan, no cuando se abusa de ellas. Las sillas están bien… cuando son necesarias. Si el niño puede ser porteado, si puede ir en brazos, en patinete o incluso andando si va disfrutando, es preferible que lo haga.
Si vas a utilizar la silla, asegúrate que sea en trayectos cortos y que los cambios posturales son frecuentes. Es una forma de prevenir la plagiocefalia
¿En qué debo fijarme al elegir una silla?
1- Asiento: posición, dirección, forma y tamaño
Tener en cuenta si es posible situar el asiento en sentido de la marcha y a “contra marcha”, si tiene capazo o no, y si el respaldo de la silla tiene varias posiciones, incluida la que permite colocar totalmente horizontal al niño. Es contraproducente utilizar en la silla de paseo un asiento que también se puede adaptar al coche. La normativa de seguridad vial, no tiene por qué aplicarse a la seguridad cuando damos el paseo. El bebé va excesivamente erguido y no es una postura recomendable.
La dimensión del asiento es otra de las cosas en las que conviene fijarse. Con nueve meses probablemente no es importante porque no vamos a tener problema de espacio. Pero si tienes intención de utilizar la silla pasados los dos años, el ancho, el alto y el largo son medidas a tener en cuenta.
2- Ruedas: número y tamaño
Ni las sillas de 3 ruedas tienen el mismo equilibrio que las de 4 ni todas las ruedas amortiguan los baches y los bordillos de la misma forma. Generalmente, las ruedas grandes ayudan a que el bebé sufra el mínimo impacto posible. Algunas requieren de hinchado por lo que son susceptibles de pincharse y otras no.
3- Freno
El freno es lo que más suele fallar en las sillas cuando su uso es prolongado. A veces el sistema más sencillo, puede tener la reparación más sencilla.
Hay sillas que tienen el freno en la parte superior, otras en la parte inferior y hay algunas que lo tienen en ambos sitios. Es importante tener en cuenta que las sillas que permiten utilizar el freno teniendo las manos libres nos pueden facilitar la maniobra de frenar teniendo al bebé en brazos mientras sujetamos la silla.
4- Peso
Hay sillas de 7 kilos… y de 17. Cuando se prueba en la tienda, la diferencia no parece notarse tanto como cuando el niño está montado. Tampoco es lo mismo utilizar la silla en sitios llanos o con cuestas. El peso importa.
5- Plegado
Hay sillas que se pliegan con una mano, y otras que requieren de dos manos y un ayudante para sujetar al bebé mientras tanto. Algunas sillas de bebe que plegadas ocupan todo el maletero y otras que aún te permiten meter una maleta. Hay sillas que necesitan desmontar el asiento para plegarse… y otras que se pliegan con el asiento.
6- Manillar: altura y número de piezas
Los hay más altos y más bajos. Los hay regulables. Los hay de una pieza y de dos. Los hay que te permiten tener una mano libre para abrir el bolso y coger un pañuelo y los hay, que te obligan a frenar para poder cogerlo. Los hay, que te permiten colgar una bolsa de fruta y que no. Los hay cómodos y no tan cómodos.
7- Bandeja
El espacio y la capacidad de la bandeja que suele haber debajo de la silla, no es la misma en todas las sillas. Conviene tenerlo en cuenta, si entra en tus planes ir de compras con tu hijo, ya que no siempre almacenar las bolsas en el manillar es buena idea por el riesgo de vuelco que conlleva.
8- Segunda silla
Elegir una silla que sea polivalente y te permita utilizarla desde que nace hasta que no necesita usarla, te evitará tener que comprar una segunda silla más adelante.
9- Burbuja
Conviene fijarse en el sistema de sujeción, que puede condicionar la facilidad al ponerla así como en la posibilidad de que tenga una pequeña “ventana” que permita ventilar.
10- Lavado
Las hay que se desmontan enteras y permiten lavarse en lavadora, y las hay que no se desmontan y necesitan lavarse a mano. Las hay que se secan rápido y que no.
11- Precio
Hay sillas prácticamente desde 50€ pero como es lógico, no todas ofrecen las mismas prestaciones. Una silla es un gasto importante que no siempre se amortiza. Una silla de 1000€ que utilizamos durante 25 meses, supone un gasto de 40€ al mes, mientras que si compramos una silla de 500€, el gasto se reduce a la mitad.
12- Garantía: tiempo y prestaciones
Fijarse en el tiempo de garantía, es las cosas que cubre o en si ponen silla de “sustitución” en caso de avería.
¿Cuál es la silla más cómoda para mí?
Una que pese poco, que me permita tener cerca a mi hijo y tocarle, que se pliegue fácil -preferentemente con una mano-, que me permita llevarla con una sola mano y poner alguna bolsa en el manillar, que tenga un sistema de frenado fácil y rápido, que no se desequilibre al bajar de un bordillo o un autobús. Una silla que tenga espacio en la bandeja, que me permita limpiar con facilidad y secar con rapidez, que abulte poco abierta y menos cerrada, que tenga un manillar acorde a mi altura y que me suponga un gasto asumible para mi economía.
Puedes comparar sillas de paseo aquí
1 comentario