“Estos días mis hijos están sin cole y tienen todos los juguetes por el suelo. Me paso el día ordenando y no veo el día en el que pueda andar por casa sin tropezarme con algo”.
Ñam ñam, brum brum, lolo, …¿Qué le estás enseñando?
Hoy mi madre, se queda cuidando de mi hijo de un año, y suele utilizar frases o palabras de este estilo: “Deja el tete que vamos a ñam ñam chichi. Luego iremos a popo, a lolo y a la tarde iremos en el brum brum a ver si vemos algún guau guau”. ¿Es esto correcto?
Yo sí puedo, ¡tú no me dejas!
Vamos a imaginar un niño o una niña que ha empezado a andar hace escasos dos meses y llega al parque queriendo hacer un despliegue de habilidades para demostrar las cosas que sabe hacer. Porque es sábado, y es el día en que sus abuelos vienen a verle. Así que el niño está contento porque es el “rey de la fiesta” y todas las atenciones giran en torno a él. Tanto que se siente capaz de experimentar y se dirige hacia las escaleras con la idea de subir al tobogán.