Hoy he ido al parque con mi hija. Le encanta subir y bajar por el tobogán y jugar con otros niños. Así que enseguida se ha acercado donde dos niños que jugaban y entre los tres se han entendido bastante bien. Al rato, se ha incorporado otro niño de la edad, que ha venido a enturbiar el buen ambiente. Ha comenzado a ponerse en medio del tobogán y a decirles: “tú no puedes bajar”, “no te dejo bajar” y cosas del estilo. El caso es que ni bajaba ni dejaba bajar. Estaba… haciendo atasco.
¿Porqué mi hijo sube el tobogán al revés? La respuesta
Estar cerca de un tobogán y escuchar “por ahí no se sube” va camino de convertirse en “trending topic”. Son tantas las ocasiones en las que hay niños intentando trepar por el tobogán y se les niega su opción, por no decir su derecho que bien merece una reflexión.
Yo beso a quien quiero
-¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo sin verte!
-Sí desde luego, ¡qué alegría verte!
-Me dijo tu madre que habías tenido un niño ¡Ay qué precioso es! ¡Ven que te de un beso y un achuchón!
13 cosas para fijarte si vas a un parque infantil y quieres ayudar a tu hijo
Hace un día lluvioso, y hemos organizado una tarde en el parque infantil “de bolas”. Qué mejor oportunidad para hacer un despliegue, en donde además de que los niños lo pasarán “en grande”, los adultos tendremos la oportunidad de verles disfrutar mientras aprovechamos para tener una conversación agradable con unos amigos.
Cambiar de actividad sin liarla
Estamos disfrutando de la tarde, junto a nuestro hijo, que lo está pasando genial. Puede ser que esté pintando, viendo dibujos en la tele o corriendo por el parque, pero… llega un momento que hay que romper la magia porque es la hora de irse y hay que hacer otra actividad. Esta situación nos genera tensión, ya que, no queremos que se estropee el ambiente positivo y finalizar con un recuerdo desagradable.
¿Hay que castigar?
Se ha usado o abusado tanto de los castigos, que parece que es algo obligatorio en la educación de nuestros hijos e hijas. Es cierto que los que se utilizan actualmente, son más sutiles y con menos agresividad física, ya que, mientras que en la generación de nuestros abuelos era más habitual que sacaran a “pasear” la zapatilla o el cinturón, hoy en día, afortunadamente sucede bastante menos y parece que la violencia física ejercida a los niños está remitiendo. Pero… ¿Y el daño emocional que pueden ocasionar los castigos?
Yo sí puedo, ¡tú no me dejas!
Vamos a imaginar un niño o una niña que ha empezado a andar hace escasos dos meses y llega al parque queriendo hacer un despliegue de habilidades para demostrar las cosas que sabe hacer. Porque es sábado, y es el día en que sus abuelos vienen a verle. Así que el niño está contento porque es el “rey de la fiesta” y todas las atenciones giran en torno a él. Tanto que se siente capaz de experimentar y se dirige hacia las escaleras con la idea de subir al tobogán.
¡Es mío! ???⚽️
El parque… uno de esos lugares en los que las niñas y los niños, tienen la oportunidad de desarrollar sus habilidades personales y sociales así como sus destrezas motrices. Uno de los sitios de visita prácticamente diaria. Y también un lugar donde tienden a surgir conflictos.