Hace un tiempo una buena amiga me llamó y me dijo: “¿Podemos quedar para que le mires a mi bebé? Necesito saber si tiene apego seguro o no. Necesito saber si lo estoy haciendo bien”.
¿Educar en libertad o con normas? Yo lo tengo claro
Hoy ha subido al autobús una mujer de edad avanzada. Le acompañaba su hija, y nadie le dejaba sitio. Unos porque no se han enterado de que ha subido y necesitaba asiento, y otros porque no se han querido enterar. Ambas miraban buscando a alguien solidario que entendiese la evidencia de que sentarse era una necesidad para ella.
¿Aprender a andar en bici tiene que ver con las emociones?
Muchos padres se desesperan cuando quieren enseñar a su hijo a andar en bici, porque piensan que es una cuestión de equilibrio, y que no hace los progresos necesarios para adquirir la técnica en un tiempo razonable. Lo cierto es que andar en bici requiere un equilibrio pero emocional.
Bruselas, Paris, Irak, 11-S, 11-M, Al-Qaeda, ISIS, Beirut, Kenia, Siria,…¿cómo se lo contamos?
Hoy he recibido el email de un padre que me preguntaba cómo afectan las situaciones bélicas, o incluso las catástrofes que suceden a nuestro alrededor, y que dejan tanta muerte y tanto daño, pues dice que su hija, le ha preguntado por los atentados sucedidos y no sabía la mejor forma de abordar el tema.
Dónde y cómo poner los límites
El modo de poner un límite, puede ser tan difuso, que podemos pasar de un lado a otro sin darnos cuenta que en la educación emocional de nuestros hijos, todo cuenta.
¿Cuándo vuelve mi padre?
“Mi marido tiene un trabajo que le obliga a pasar meses fuera de casa. De novios se me hacía duro, pero ahora que soy madre, me preocupa porque no se cómo les puede afectar a mis hijos”.
El peligro de decir “muy bien” a todo
Una tarde de viento sur. Estupenda para pasarla en el parque. Sin embargo, las palabras “muy bien” aún resuenan como un eco por toda la plaza. Porque a cada rato, a cada paso, hay una madre, un padre, o unos abuelos animando a hijos y nietos… “muy bien Carlos”, “lo estás haciendo muy bien Sara”, “has subido muy bien”, “has saltado muy bien”…
¿Cómo explicamos la muerte?
Ahora mismo, no concibo nada más doloroso que perder a un padre. Puede ser igual de doloroso que ocurra con una madre o con otro familiar cercano, pero hoy lo veo así. Porque a veces las emociones nos tocan hondo, y otras veces, nos llega tanto el sufrimiento de un primo que acaba de ver morir a su padre, que su dolor y su sufrimiento conecta con el nuestro. Y lo sentimos. Y sufrimos con él. Y le abrazamos, sin querer soltarle, para que sepa que aunque las cosas van a ser diferentes, estamos ahí.
¿Te ayudo? ¿Conviene ayudar si no lo ha pedido?
Ahí tenemos a nuestro hijo de dos años, en el salón, intentando hacer una torre con fichas. Pone una, pone dos, pone tres y se le caen. Y lo vuelve a intentar. Pone una, pone dos, y tres, y se le caen de nuevo. Y en ese momento cuesta contenerse, y aparece la frase…”¿Te ayudo?” ¿Realmente hay que ayudar en ese momento?.
Yo sí puedo, ¡tú no me dejas!
Vamos a imaginar un niño o una niña que ha empezado a andar hace escasos dos meses y llega al parque queriendo hacer un despliegue de habilidades para demostrar las cosas que sabe hacer. Porque es sábado, y es el día en que sus abuelos vienen a verle. Así que el niño está contento porque es el “rey de la fiesta” y todas las atenciones giran en torno a él. Tanto que se siente capaz de experimentar y se dirige hacia las escaleras con la idea de subir al tobogán.