Todos sabemos muy bien lo que es la culpa. Esa emoción, que no nos hace sentir bien cuando reflexionamos sobre algo, y creemos que deberíamos haber actuado de otro modo.
Entrenando la tolerancia a la frustración
“Tengo un hijo de 6 años y una hija de 5. Intento jugar con ellos de forma civilizada pero la mayoría de las veces surge un conflicto que nos lleva a finalizar el juego. A veces por uno, otras por otro pero el caso es que la dinámica de juego familiar se nos hace difícil”.
¿Cómo explicamos la muerte?
Ahora mismo, no concibo nada más doloroso que perder a un padre. Puede ser igual de doloroso que ocurra con una madre o con otro familiar cercano, pero hoy lo veo así. Porque a veces las emociones nos tocan hondo, y otras veces, nos llega tanto el sufrimiento de un primo que acaba de ver morir a su padre, que su dolor y su sufrimiento conecta con el nuestro. Y lo sentimos. Y sufrimos con él. Y le abrazamos, sin querer soltarle, para que sepa que aunque las cosas van a ser diferentes, estamos ahí.