Te voy a contar el cuento de tu hijo


Había una vez, un bebé. Un niño querido y deseado al que sus padres se esforzaban en enseñar desde bien pequeño a ser fuerte en la vida.

 

Por eso, cuando le escuchaban llorar, le dejaban un rato, con la convicción de que esto le ayudaría a saber calmarse sólo y le haría desarrollar recursos internos sólidos. Conformes con esta técnica, a medida que su hijo se fue haciendo mayor, le enseñaron a dormirse sólo, y aunque hubo no pocas lágrimas de por medio, el niño con 1 año, no sólo ya no lloraba, sino que si se despertaba a la noche, él mismo se consolaba sin necesidad de pedir ayuda.

 

 Sus padres estaban encantados por la autonomía que tenía su hijo, y a medida que empezó a andar, en cada tropezón le animaban a levantarse al ritmo de “eso no es nada”, y si asomaban unas lágrimas, sus padres le recordaban con cariño que “por eso no hay que llorar”.

 

 Les asombraba ver las quejas de otros padres por el modo en que la maternidad les había cambiado, pues ellos podían incorporarse a comidas, cenas y planes de amigos sin ningún problema porque su hijo se adaptaba a todo. Tanto era así, que el niño respetaba las siestas de sus padres y sus reuniones de amigos jugando sólo y sin dar “guerra”.

 

El niño creció, y aunque con algún “cachete a tiempo” y educación firme, fueron pasando los años sin dar mayor problema pues estaba atendido con comida equilibrada cada día, con buena ropa, juguetes, material escolar, y seguro de que sus padres le querían, porque es algo que se “sobreentiende”.

 

Este cuento no acaba bien. De hecho, tampoco empieza bien. Porque estos padres, se olvidaron de dar a su hijo lo más importante, que es atender y respetar sus necesidades emocionales.

 

Todos los padres, tratamos de dar a nuestros hijos lo mejor, queriendo que sean felices y que crezcan sanos. Lo hacemos lo mejor que sabemos, pero hay tanta diversidad de opinión, que muchas veces vivimos en la desinformación de qué es en realidad lo que nuestros hijos necesitan.

Los niños, precisan contacto físico desde que nacen. No es sólo que les beneficia, sino que es imprescindible que su madre les coja en brazos y les ayude a reducir los niveles de estrés que el llanto les produce. Necesitan que su madre les acaricie, que les consuele, que les calme, que les entienda, que les respete, que les acune, que les cante, que les quiera, que les escuche, que les apoye, que les ayude a gestionar y validar sus emociones… que piense en ellos por encima de todo y de forma incondicional. Que el te quiero sea tan grande que no entre en su boca. Ni en su pecho.

La vida de tu hijo, no es un cuento, pero está en tu mano que sea feliz. Quiérele, mímale, abrázale, acompáñale, entiéndele, respétale y le darás la llave con la que podrá caminar sólo y vivir su propia historia feliz.

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31 comentarios

  1. Me ha encantado, me siento tan identificada con todo ello.. Al pequeño A. no me gusta dejarle llorar para que se duerma, y otros lo ven como una locura porque aún no sabe dormirse solo… Cuánto me alegro de leer este tipo de post y ver que el camino que he elegido para mimar a mi hijo no es una locura, sino el más acertado, para mí y para él. Un beso guapa!

  2. Totalmente de acuerdo! Hay que abrazarlos, besarlos, acariciarlos y decirles que les queremos…cuánto echo de menos nuestras siestas abrazaditas!

  3. Estoy deacuerdo en que hay que tener mucho mimo y contacto con nuestros hijos y que sientan nuestro calor y apoyo, pero sinceramente no creo que por dejar a un niño llorar( todo en su medida, me refiero a llorar de quejarse no a berrear) sea tan malo. Los padres hay veces que no podemos atenderlos a la primera porque tenemos más hijos a los que dar atención y por eso no se van a traumar ni a sentir menos queridos.
    Mi hijo tiene un año dentro de 10 días y duerme solo desde recién nacido, si se despierta en la noche se coje su mantita y vuelve a dormir y nunca le dejé llorar….
    Se les puede enseñar a dormir solos desde bebés con amor y ternura sin necesidad de dejarlos llorar, tampoco veo bien 100% la crianza con tanta sobreprotección, hay que protegerlos, sí, pero de cosas necesarias no de todo, que también tienen que aprender por ellos mismos.
    Veo casos todos los días de niños que sufren un estrés horrible con 5 años a las puertas del colegio porque han sido protegidos en exceso, les hace bien a eses niños llorar como locos diariamente por la ansiedad de no tener a sus padres??? En fin, un tema para debate en el que nunca nos pondríamos deacuerdo, jeje.
    En cualquier caso el AMOR y respeto a sus tiempos es la clave!!!!
    Un saludo

    1. Hola Caro!!

      Educar con amor y con respeto, no tiene que llevar implícita la sobre protección, pues son cosas diferentes.

      Puede ser que tu hijo duerma muy bien sólo y seas una de las afortunadas que lo ha conseguido sin sufrimiento emocional por su parte, lo cual me alegra.

      Una idea para invitar a la reflexión… Cuando una madre llora, necesita un abrazo que le haga sentir que no está sola, no alguien que le diga que “no es nada”. En el caso de los niños, la intensidad emocional es aún mayor por lo que las palabras y nuestras respuestas son muy importantes.

      Un saludo y gracias por tu comentario!!

  4. Cada noche me tiro veinte minutos cantando a mis pequeños para que se duerman. A veces me piden la mano y se la doy, y nos acabamos durmiendo los tres. Cuando tengan quince años no lo harán, pero quiero pensar que esto lo guardarán en su interior como una forma feliz de dormir. Gracias por todo lo que nos enseñas

  5. Me gusta la carta. Me siento identificada, porque así me criaron a mi, y ahora que yo crío de diferente manera a mi hija, mi madre no lo entiende y es que a mi no me gusta dejarla llorar. A mi no me gusta esa “independencia” porque no es real, simplemente aprendes a que estás solo y que no van a venir a “rescatarte” eso aprendí yo. Y sí, se sobreentiende, ahora, que tus padres te quieren, pero cuando eres pequeño piensas que no es así. Tanto estaba sola, que siempre que me preguntaban qué quería para mi cumpleaños o navidad, decía un hermanito, pensando que así no me sentiría tan sola. La pena es que no llegó y yo no quiero que mi peque se sienta así.
    Saludos

    1. Hola!!
      Agradezco muchísimo tu comentario, porque aporta un punto de vista desde una vivencia real, y seguro que ayuda a muchas de las personas que lo lean.

      Siento mucho que te hubieras sentido así, pero qué bueno que lo hayas sabido identificar, y estés ofreciendo una crianza diferente ahora que eres madre. Un abrazo!!

  6. …Según leía me iba encendiendo. NO puedo con el famoso método, ni con el “déjalo llorar que no es malo”, ni con los “si se cae ya se levantará”. YO estoy ahí siempre, sin malcriar ni agobiar, pero que el sepa que estoy, que soy su apoyo, su refugio, que se sienta protegido y seguro. Habrá quien piense que es un error, pero “a pesar” de haberlo educado así, tengo la fortuna de poder decir que no es un niño como me vaticinaban, “dependiente,mimoso y llorón” sino todo lo contrario. Nos sorprendió a todos cuando fue al cole sin llorar ni un solo dia, apenas llora, no ha tenido casi rabietas, y puedo decir que creo, que es un niño seguro, feliz, que sabe que puede contar con sus padres para todo, sea para jugar, o sea para llorar.
    Muy bueno Izaskun.

  7. Que bonita!! Es una pena porque como bien dices la mayoría de los padres lo hacen así porque creen q es lo mejor para su hijo, q le hará independiente y duro ante la vida. Han sido tantos años de criar así que hoy en día te siguen mirando raro si estás todo el día con el niño cogido si él lo demanda así. Pero bueno, invitar a la reflexión nunca está de más y quizá poquito a poco vayamos cambiando mentalidades, por el bien de nuestros niños!! 🙂

    1. Hola!!
      Aún hay personas que eligen formas de crianza mejorables para el bienestar emocional de sus hijos, seguro que con el convencimiento de que es lo mejor para ellos. Es importante informarse de los diversos métodos para valorar y elegir el mejor en base a nuestro criterio. Como bien dices, no juzgar ni cuestionar métodos de crianza diferentes al nuestro, aún es algo que queda pendiente en muchos casos. Muchísimas gracias por pasarte por aquí, un abrazo!!

  8. me has tocado la espinita! cuantas discusiones he tenido yo por no dejarla llorar más… y cuantas veces me han dado ganas de ir a abrazar y coger a hijos de otros que pensaban de estar haciendo lo mejor para sus hijos! Ojala se despierten todos los padres del mundo y se den cuenta que coger y mimar a sus hijos no es un capricho para ellos sino una necesidad!!!! un abrazo

  9. Me encanta cómo pones voz a los niños que aún no pueden decir lo que les pasa o en este caso cómo consigues encogernos el corazón con este cuento, porque es la mejor manera de que lo entendamos. Felicidades!

  10. Qué lindo post! Comparto lo que dices y cuánto me alegro de haberle dado a ni hijo cuando era bebé todos los mimos y disponibilidad que necesitó. Arreciaban las críticas de todos lados, pero yo lo tuve a los 40 años y a esa edad no estaba dispuesta a permitir injerencias. Hice todo lo que sentí y me pareció y ahora es un niño seguro y feliz.

  11. Más que el cuento de nuestros hijos, podría ser el cuento de toda mi generación. A mi, afortunadamente me tocó una madre moderna y versada en pedagogía ‘alternativa’ aunque como ella dice, fue autodidacta porque en la carrera de psicopedagogía le enseñaron los métodos franquistas del momento, pero mi padre no tenía ese instinto. Lo bueno es que, como se implicaba cada vez menos, pues eso que me llevé pero madre mía, ¡cada vez que se acordaba que tenía una hija subía el pan!

    Un abrazo 🙂

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